En los últimos días hemos discutido con varias empresas consumidoras de productos papeleros sobre algunos comunicados recientes de Greenpeace en los que se les acusaba de estar del lado de los que destruyen la selva tropical para fabricar papel. Hemos discutido y también nos hemos puesto de acuerdo. La selva gana.

La historia es simple. En la Isla de Sumatra, la papelera Asia Pulp and Paper, del grupo Sinar Mas, convierte la selva tropical (bosques secundarios pero también primarios) en pasta de papel. Destruye no sólo la biodiversidad y el hábitat de especies amenazadas como el Tigre de Sumatra,  sino que su actividad destructiva libera grandes cantidades de gases de efecto invernadero al  quemar y drenar los bosques de turbera, ecosistemas que constituyen potentes depósitos de carbono que están, en parte, protegidos por la ley de Indonesia. Pero Asia Pulp and Paper inclumple la ley.

Hemos hablado con una gran distribuidora de productos papeleros (Unipapel), con una editorial (Ediciones Susaeta), con un distribuidor de productos papeleros a la industria (Comart) y con un fabricante de bolsas (Texidó). A algunas empresas el tema les sonaba y no hubo que dar muchas explicaciones. Otras empresas desconocían que estaban consumiendo productos procedentes de la destrucción forestal. Alguna pensaba que el mero hecho de que el producto papelero tuviera un certificado forestal le aseguraba que no estaba comprando destrucción.

Hoy, Greenpeace sólo puede felicitar a los valientes. Unipapel, Susaeta, Comart y Texidó quieren hacer un consumo responsables de productos forestales. Muy buena noticia.

Los mayores clientes y distribuidores de los productos de Asia Pulp and Paper en España (Tradipacart, Inapa, Servicios Papeleros Celiber o Carpapsa) están todavía en el lado de los que prefieren hacer negocio con la destrucción de las selvas de Indonesia.

Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace

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Campaña de Bosques de Greenpeace