La industria del aceite de palma y el sector papelero están detrás de la ola de incendios que han devastado las selvas de Indonesia, según una investigación de Greenpeace publicada ayer. El título de dicho informe lo dice todo: La crisis de los incendios forestales en Indonesia es un test para medir el compromiso de protección de los bosques de las grandes corporaciones.

Esta investigación ha sido publicada cuando los incendios se están extinguiendo, gracias a las intensas lluvias en las zonas afectadas. Los incendios, que han destruido las selvas y turberas durante tres meses, han provocado que este país, Indonesia, emita más gases de efecto invernadero que China durante algunos días de este otoño.

Mientras que las empresas y los ministros tratan de eludir su responsabilidad de lo que ha sido descrito como el peor desastre ambiental en lo que va de este siglo, los nuevos plantones de de palma aceitera ya están apareciendo entre las cenizas de la selva en ruinas. Y los investigaciones de Greenpeace han encontrado pruebas de que algunas empresas de aceite de palma y de papel están trabajando rápido para sacar provecho de la devastación mediante el establecimiento de plantaciones en áreas recientemente quemadas.

Protección inadecuada
En teoría, hay una gran cantidad de leyes y salvaguardas que protegen los bosques de Indonesia. Muchas empresas del sector de las plantaciones (productores, comerciantes, transformadores en productos de consumo) tienen políticas de “no deforestación”. Alrededor del 60% del comercio mundial de aceite de palma está afectado por alguna de estas políticas.

El gobierno de Indonesia también ha aprobado sucesivos decretos para proteger las turberas profundas, que son grandes almacenes de carbono. Estos incluyen una moratoria, vigente desde 2011, para la concesión de nuevas áreas de turberas para su conversión en plantaciones; y un decreto publicado el mes pasado por el presidente Joko Widodo en el que establece el fin del desarrollo de plantaciones en áreas de turbera, incluso en el caso de que haya sido concedida a una empresa para su deforestación.

Los incendios, que han destruido las selvas y turberas durante tres meses en Indonesia.

En conjunto, estas políticas deberían reducir la deforestación, ayudando a mantener las turberas que cubren grandes extensiones de zonas bajas de Indonesia, y restringir el impacto de la “bomba” de emisiones de gases de efecto invernadero que representan.

Sin embargo, las cifras oficiales muestran que la deforestación va en aumento, lo que quiere decir que estos compromisos de “no deforestación” de la industria y del gobierno son habitualmente pisoteados e ignorados, como documenta el nuevo informe de Greenpeace.

"Redibujando" los mapas
En Kalimantan Central (la parte de Indonesia en la Isla de Borneo), por ejemplo, el gobierno de Indonesia volvió a dibujar las líneas de la moratoria de deforestación, por lo que la empresa productora de aceite de palma PT Andalan Sukses Makmur (PT TME) ha podido utilizar unos pocos miles de hectáreas para sus nuevas operaciones de cultivo de aceite de palma.

PT TME, filial de Bumitama Agri, obtuvo en 2012 un permiso para más de 9.000 hectáreas (equivalentes a casi 13.000 campos de fútbol) de bosques de turbera adyacente al Parque Nacional Tanjung Puting. La propia evaluación de la empresa del valor para la conservación identificó estas tierras como hábitat para un número de especies protegidas o en peligro de extinción como los osos del sol, el árbol de ramín y orangutanes.

En aquel momento una buena parte de esta tierra estaba afectada por la moratoria de 2011. Sin embargo, el Gobierno ha “retocado” en repetidas ocasiones los mapas de la moratoria para excluir tierras forestales entregadas a empresas de plantaciones, y esto es exactamente lo que sucedió en este caso: los bordes de la moratoria se volvieron a dibujar en los mapas para que las tierras de PT ASMR no estuvieran afectadas por la moratoria.

La deforestación en este lugar continuaba en el segundo semestre de este año, seguido por los incendios que arrasaron la mayor parte del bosque que quedaba entre las zonas de plantaciones ya establecidas.

Los orangutanes son una de las especies más afectadas por los incendios en Indonesia.

En agosto de 2015, Bumitama anunció una nueva política de sostenibilidad que prohibía la deforestación en zonas designadas como de alto valor de conservación, elevadas reservas de carbono o en las turberas. Está por ver la efectividad de esta política, pero está claro que la moratoria del Gobierno está abierta a ser manipulada.

En la raíz de este problema está la falta de transparencia sobre el uso de la tierra y que las empresas tienen permiso para desarrollar las áreas. El gobierno de Indonesia se ha negado a hacer pública la información y cartografía que muestre la superficie de tierras destinadas a uso industrial, y sin esa información es imposible hacer cumplir la moratoria.

Ignorando las políticas de deforestación
En otra parte de Borneo, en Kalimantan Occidental, se encuentra un trozo de selva bajo el control del productor de aceite de palma PT Bumi Sawit Sejahtera (PT BSS), una unión de las empresas Bumitama y un comerciante de aceite de palma de Malasia, el Grupo IOI.

El informe de evaluación ambiental de IOI afirma que el 90% de esta tierra estaba cubierta de bosques y, a pesar de haber sido clasificadas como "degradadas", eran todavía hábitat de especies de primates en peligro de extinción (orangutanes, mono narigudos y gibón de Müller de Borneo), así como más de siete km2 de turba profunda.

A principios de 2014, IOI anunció una política de "no deforestación", que descartó el desarrollo de plantaciones en zonas de alto valor de conservación, elevadas reservas de carbono y las turberas. IOI es también miembro de la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO), cuyo objetivo es garantizar que el aceite de palma es producido de manera sostenible.

Sin embargo, la tala en estos bosques de PT BSS ha continuado. Ya muy afectada por los incendios en 2014, las llamas se extendieron recientemente en gran parte de esta concesión.

Tal vez la evidencia más contundente es el caso de PT Kusuma Alam Sari (PT KAS), que forma parte del Grupo Kusuma Alas. Zonas de turberas profundas fueron arrasadas por el fuego en julio, y apenas unas semanas más tarde los investigadores fueron testigos del trabajo de las excavadoras que preparan la tierra quemada para la siembra.

Las políticas y decretos son solo efectivos si existen formas de obligar a su cumplimiento y aplicación, pero las evidencias muestras que estas medidas no son suficientes para meter en cintura al sector de las plantaciones en Indonesia. Sólo una prohibición total de la tala de bosques y turberas para el desarrollo de plantaciones pondrá fin a esta destrucción, evitará la pérdida de biodiversidad y reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero en Indonesia.

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