Hoy, después de mucho trabajo, publicamos el primer estudio sobre la relación entre la población española, las eléctricas y la energía, en el marco de nuestra campaña #SalvarElClima. Muchas personas nos ayudasteis contestando a la encuesta que realizamos y cuyas conclusiones son claras: una de cada tres personas está predispuesta a ser algo más que consumidoras pasivas de electricidad y quisiera participar acelerando la transición energética si el proyecto conlleva electricidad ética (sin puertas giratorias y rentable pero sin ánimo de lucro), 100% renovable y ciudadana.



Gracias por haber participado y también a todas las personas que ya estáis impulsando un mundo 100% renovable, eficiente, inteligente y en manos de la gente. Nos une el hartazgo ante las grandes eléctricas y los valores a los que aspiramos (transparencia, justicia, lucha contra el cambio climático) pero también muchas cosas más. Tanto es así que cualquier orientación política está representada entre este público de vanguardia que reclama su derecho a ser libre y a ser parte de las soluciones al cambio climático. Algo que demuestra que la conciencia energética no es partidista, al ser la energía de interés general.

De esta gran escucha concluímos también que la mayoría reconoce la energía como un bien de primera necesidad y reclama que se reconozca como algo a gestionar de forma eficaz en pro del bien de la ciudadanía y sobre lo que la ciudadanía tiene derecho a tomar decisiones estratégicas.

Nos sorprendía, sin embargo, que las personas encuestadas no sabrían identificar posibles soluciones para realizar el deseo de asumir roles más activos. Por esta razón hemos analizado algunos de los casos exitosos de plataformas de energía colaborativa y energía colaborativa procomún a escala mundial y las claves de su impacto positivo en compra venta directo de electricidad renovable (Greenpeace Energy, Vandebron, Piclo), gestión de la demanda distribuida (OhmConnect), redes de autoconsumo compartido virtual (SonnenCommunity, BrooklynMicrogrid), financiación ciudadana de renovables (Mongoose Crowd, Mosaic). A parte de poderlos encontrar en nuestro estudio, también haremos unos post específicos a los largo de las en las próximas semanas para ir un poco más al detalle de cada uno para ver como la digitalización del sector eléctrico ha abierto ya en numerosos países posibilidades para reconectar directamente a la ciudadanía con las soluciones al cambio climático y puentear la oposición de las eléctricas.

Para quienes deseen tener acceso abierto a todos los datos de la encuesta, los tenemos en abierto en nuestra página web a disposición. Sabemos que lo primero de la democratización de la energía es el acceso a la información y queremos poner nuestro granito de arena.

La tecnología ya hace que la transformación del modelo energético hacia la democratización sea posible y viable, pero que ocurra depende de factores sociales y político/institucionales. La importancia del estudio de Greenpeace radica en aclarar que el cambio tecnológico es consistente con los cambios sociales que cada vez más demandan capacidad de acción local para tener impacto a escala global con nuevas formas de relacionarse e incluso de tomar control de su energía.
No es de extrañar la reacción de las empresas eléctricas tradicionales frente a la posibilidad de aumentar la participación ciudadana en la generación colaborativa de energías renovables o gestión de la demanda, ya que los números apuntan a que serían suficientes usuarios para contrarrestar el poder de las compañías contaminantes si se pusieran las herramientas regulatorias necesarias.

Sigue en nuestras manos exigir que se reconozca y respete el derecho ciudadano a ser parte de la solución al cambio climático. Pide al Presidente Rajoy que lo haga en la nueva Ley de cambio climático y transición energética que está preparando así como en las negociaciones europeas sobre el futuro energético comunitario así como elimine el Impuesto al Sol.