Plataforma petrolífera frente a la costa de Tarragona, Casablanca

Hemos presentado en rueda de prensa en Palma de Mallorca los peligros (1) a los que se enfrentan las Islas Baleares por las exploraciones y sondeos en busca de petróleo de la compañía escocesa Cairn Energy (2). ¿Te suena? Es la misma empresa que se arriesga a buscar crudo en el fondo del océano Ártico y contra la que Greenpeace sigue luchando para que no destruya el último paraíso impoluto del planeta. Aquí es un poco lo mismo.

Ayer llegamos a Baleares. Siempre resulta impresionante  acercarse a la costa de Mallorca. Cada vez que la veo me pregunto qué especie de locura puede llegar a plantear unos pozos de petróleo entre la costa de Ibiza y la Albufera de Valencia.

Han pasado solo 15 meses del desastre de la plataforma de BP Deepwater Horizon (3) que se hundió precisamente en fase de exploración de un nuevo pozo en el golfo de México llevándose 11 vidas y vertiendo más de 5 millones de barriles de crudo, cuya mayoría sigue ahí en el fondo del mar. Parece que no se ha aprendido nada. Por eso nos hemos venido hasta Palma para denunciar los planes de Cairn Energy y pedir una moratoria inmediata a nuevos pozos en el litoral acompañada de una apuesta decidida por la eficiencia energética y las energías renovables: las únicas fuentes energéticas autóctonas y fiables de las que es rica España.

El Consejo de Ministros del 23 de diciembre que dio los permisos a Cairn, así lo explicaba: dependemos demasiado de las importaciones de petróleo. El mismo Consejo (o casi) que unos meses más tarde no tuvo ningún reparo en eliminar la única medida que se había puesto en marcha para reducir el consumo de petróleo del que tanto dependemos: el límite a  110km/h. ¿Prefieren pues que vayamos rápido en las carreteras a salvar las costas españolas?

Cada vez que fracasamos en poner en marcha medidas para aumentar la eficiencia energética del transporte, el mayor consumidor de petróleo, se da un paso adelante en esta carrera a la última gota de petróleo. Es la crónica de un accidente anunciado que afectará muy negativamente a las playas, a los espacios protegidos y a numerosas especies mediterráneas.

En Ibiza, por ejemplo, entre las zonas que se verán más dañadas se encuentran las Salinas de Ibiza y Formentera (humedal de Importancia Internacional, Parque Natural, Lugar de Importancia Comunitaria y Zona de Especial Protección para las Aves) hogar del organismo vivo más grande del mundo: un ejemplar de 8 km de Posidonia Oceanica... una zona de campeo de la tortuga boba (Caretta caretta), así como una zona de migración de cetáceos.

Lamentablemente Ibiza no está sola y se quieren perforar también el mar de Alborán, la zona de Tarifa y frente al mismo delta del Ebro.


Los efectos más negativos se darían en ecosistemas como las praderas de Posidonia oceanica y a especies de mamíferos marinos, tortugas, túnidos y otros peces que ya se enfrentan a graves problemas debido a la urbanización de este litoral, la contaminación, la sobre pesca o la construcción de infraestructuras costeras.

Un riesgo inasumible también por estar tan cerca de las aguas baleares propuestas como Santuario para el Atún Rojo por Greenpeace y WWF. Ahí no sólo se reproduce el atún rojo (Thunnus thynnus), ya que se han encontrado larvas de las seis especies de atunes, entre ellas: el atún blanco (T. alalunga); la melva (Auxis rochei); la bacoreta (Euthynnus alleteratus); el bonito (Sarda sarda) e incluso el atún listado (Katsuwonus pelamys).

¿Tendrá la cocina típica balear que integrar al atún en su tinta (la de Cairn) en los recetarios?

Sara Pizzinato, responsable de la campaña de Cambio Climático y Transporte de Greenpeace


Informes:
(1) Greenpeace, Dossier: Baleares, ¿cómo el golfo de México?

(2) Greenpeace, dossier sobre Carin Energy.

(3) Greenpeace, Deepwater Horizon: un año después. Crónica de un accidente anunciado. 2011