Dentro del plan de urbanización de la Colonia Arroyo Meaques se procede a la tala de árboles sin buscar otras soluciones como mejor alternativa. El plan prevee la plantación de 1.200 nuevos árboles. Los árboles talados tenían una edad mínima de 30 años. Foto: Eva Bellón
Dentro del plan de urbanización de la Colonia Arroyo Meaques, Madrid, se procede a la tala de árboles sin buscar otras soluciones como mejor alternativa. El plan prevee la plantación de 1.200 nuevos árboles. Los árboles talados tenían una edad mínima de 30 años. Foto: Eva Bellón

La fotografía es muy evidente. Muestra una tala de arbolado urbano difícilmente justificable. Cuesta entender qué problemas causaba el arbolado urbano en esta calle.  Muchas veces la falta de sensibilidad y cultura deja imágenes como ésta.  Los árboles, que nos ofrecen una mayor calidad de vida en las ciudades, se tratan como seres inanimados que forman parte del mobiliario urbano como las farolas.

¿En qué se diferencia el trato a un árbol de una farola?
Los árboles disponen del mismo espacio para vivir que una farola: un cuadro de tierra compactada en la que tienen que desarrollarse como seres vivos. Parece increíble que puedan conseguirlo. Y lo consiguen. Entonces se enfrentan a esta época del año en que les hacen lo que se denomina “tratamiento fitosanitario: la poda”.

Es sorprendente y muy común ver la poda de los primeros brotes de los árboles, que más que poda podríamos decir que es una mutilación salvaje de los ejemplares, que quedan debilitados a espensas de infecciones de bacterias y hongos. El árbol se defiende y echa brotes de manera desesperada para superar el estrés de tal maltrecho tratamiento. El resultado es que tendremos ramas saliendo desesperadas con las futuras hojitas que adornen nuestras calles y nos den sombra mientras paseamos.

Y si no es la poda, entonces igual molestan por cualquier motivo y necesitamos sustituirlos por más farolas o por bolardos o pivotes que eviten que aparquemos nuestros coches. El tema es tratar a los árboles como cosas a nuestra merced sin importar lo más mínimo que son eficaces aliados que dan sombra, frenan el viento, son el hogar de seres vivos y fijan carbono atmosférico. Mucho más que una farola.

Greenpeace no tiene una campaña en este tema, somos una organización internacional que trabajamos en la protección de los Bosques Primarios, pero te recomendamos que sigas denunciando estos actos a asociaciones locales.

Mónica Parrilla, campaña de Bosques