Torrelavega, Cantabria. Autor: Luís Ferreirim
Torrelavega, Cantabria. Autor: Luís Ferreirim

Estamos ante los vertidos de una de las industrias con mayor número de incumplimientos e infracciones de España. Estamos hablando de Sniace, la papelera de Torrelavega (Cantabria) que vierte millones de litros de aguas contaminadas a las aguas del río Saja-Besaya.

La fábrica es uno de los puntos negros en el mapa de polución elaborado por Greenpeace el pasado año. Ni las sanciones y resoluciones Administrativas en contra ni las denuncias de los grupos ecologistas y vecinos han logrado parar este desastre medioambiental. La empresa ha destacado por sus reiterados incumplimientos de la normativa ambiental desde que se instaló en la zona, en 1941, amparada por una importante permisividad de las administraciones públicas.

Así, en 2005 la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN) inició el proceso de revocación de la autorización provisional de vertido que tenía la empresa desde 2002, por «incumplimientos reiterados». A pesar de este comportamiento de Sniace y del grave deterioro que ha sufrido el río por los vertidos de la empresa, la CHN ha aceptado un nuevo plan de regularización de vertidos y el Gobierno cántabro ha concedido a todas las empresas del grupo Sniace autorización para seguir vertiendo al río Besaya. Existe, por lo tanto, una total permisividad con esta empresa por parte del Gobierno cántabro y del Ayuntamiento de Torrelavega. Intentar mantener una actividad como ésta no sólo está en contra del medio ambiente sino que también afecta gravemente a la salud de las personas que viven en la zona.

Además, el río donde vierte sus aguas contaminadas termina en la playa de Usgo, en el municipio de Suances, uno de los lugares más turísticos de la comunidad. El último informe de Greenpeace sobre contaminación industrial detectaba «grave» afecciones por cloro en el río Saja. Buena parte de la misma procede de Sniace ya que muchas sustancias ‘organocloradas’ son «persistentes» y tardan «incluso decenas de años en degradarse, por lo que siguen presentes en el medio ambiente». De hecho, a pesar que Sniace lleva dos años sin utilizar cloro, son notables los niveles de contaminación por compuestos organoclorados, que se han utilizado en el blanqueo de papel.

Julio Barea, responsable de la Campaña de Contaminación