Hoy ha saltado a la prensa que el ministro Sebastián decidió hace unos meses dejar de ser socio de Greenpeace, por las críticas que desde nuestra organización se vierten contra la política energética del departamento que él dirige. Vaya por delante que la noticia no ha salido de Greenpeace, que tiene una estricta política de protección de los datos de sus asociados.

En primer lugar decir que escribo estas notas desde el respeto que me merece la decisión de alguien que ha sido asociado de nuestra organización durante un largo periodo de tiempo. Tiempo en el que, por cierto, fuimos tan antinucleares como lo somos ahora. Basta recordar que Greenpeace nace precisamente en el año 1971, para protestar contra los ensayos nucleares o que la organización se funda en España tras una dura campaña de oposición a los vertidos de residuos radiactivos en la fosa atlántica, a comienzos de los años 80. La lucha antinuclear forma, por tanto, parte de nuestro ADN, y no debería sorprender a alguien que conoce nuestra organización.

Efectivamente Greenpeace está siendo muy crítico con las posiciones del ministro de Industria que, en contra del programa electoral de su propio partido, ha afirmado que "la energía nuclear es imprescindible". Durante la polémica sobre el cierre de la central nuclear de Garoña, Sebastián mantuvo posiciones mucho más cercanas a los pronucleares, en vez de apoyar el cierre inmediato.

Pero las discrepancias van más allá de la cuestión nuclear: recientemente el Ministerio de Industria ha presentado un decreto para subvencionar la quema de carbón nacional.

Es de sobra sabido que el carbón es el combustible fósil que más CO2 emite por cada kilovatio que produce. No parece lo más adecuado promover la quema de carbón, pero todavía menos en plena negociación internacional para llegar a un acuerdo global que frene el cambio climático.

Por el contrario las energías renovables no han salido bien paradas en este periodo. Han sufrido como ninguna otra fuente de energía una persecución por parte del Ministerio, que las ha llevado a una situación crítica precisamente en un momento en que baten récords de producción.

Se puede estar de acuerdo, o no con nuestras posiciones, pero Greenpeace es clara, coherente y transparente en sus planteamientos energéticos. Abogamos por un modelo 100% renovable. Diversos estudios han mostrado que este modelo es tecnicamente viable, socialmente favorable y energéticamente posible.

Definitivamente, la cuestión no es tanto si Sebastián sigue o no sigue como socio de Greenpeace, sino si está cumpliendo o no con los compromisos del Programa electoral del PSOE. Creo que esto es lo que debería analizar muy seriamente Miguel Sebastián, porque es ahí donde finalmente les pedirán cuentas.

Juan López de Uralde, director de Greenpeace España

- El Ministro nos ha dejado...¡ocupa su lugar!