La semana pasada, entre el tumulto comunicativo, se conocía una noticia maravillosa. Científicos en Indonesia anunciaban el descubrimiento, ni más ni menos, de una nueva especie de orangután en el norte de la isla de Sumatra. El orangutan de Tapanuli (Pongo tapanuliensis) es la primera incorporación en casi un siglo al pequeño club de los grandes simios, uniéndose a sus compañeros los orangutanes de Sumatra y Borneo, gorilas, bonobos, chimpancés y humanos



La nueva población de orangutanes Tapanuli que se estima en menos de 800 individuos, se encuentra concentrada en unos parches de bosque que suman 1000 kilómetros cuadrados en los distritos centro norte y sur Tapanuli. Su hábitat se encuentra amenazado por la industria y el desarrollo agrario que incluye un desarrollo hidroeléctrico que podría impactar en más del 8% de su territorio, según señalan los investigadores.

Aun siendo una especie recién descubierta se enfrenta ya a las amenazas la deforestación y de los incendios, y a la lucha por la supervivencia. La biodiversidad en Indonesia nos sigue sorprendiendo pero lamentablemente no sorprende a sus gobernantes pues estos animales carecen de protección real.

El pasado agosto, el Ministerio de Medio Ambiente de Indonesia publicaba un estudio sobre los orangutanes de Borneo y Sumatra que confirmaba que la población había disminuido de forma drástica en el número de individuos. Y señalaba la destrucción del hábitat como una de las causas principales. Seguimos sin apreciar el verdadero paraíso, no fiscal, que son nuestros bosques y mares. Las empresas continúan extendiendo los cultivos de aceite de palma y pasta de papel en bosques y turberas que son los últimos espacios donde viven los orangutanes. Los últimos rincones donde habita el orangután son los bosques de Batang Toru, en Sumatra y Sungai Putri, en Kalimantan y estos espacios tienen que permanecer blindados para la industria si queremos salvaguardar la especie de animal más icónica de toda Indonesia.



Los orangutanes de Tapanuli, se “descubrieron” hace menos de 20 años, a finales de los 90. Para este reciente descubrimiento, los científicos han utilizado la comparación genética para señalar que esta población se separó de la de Sumatra hace más de tres millones de años. El nuevo y reconocido orangután de Tapanuli tiene una dieta diferente, diferente tamaño y forma de cráneo y un patrón de color de pelo diferenciado. Además de otros aspectos únicos y diferenciados de comportamiento.

La naturaleza nos sigue mostrando tesoros y parece que muchos siguen ignorándola. Esperemos que no sea una corta estancia la que tenga el orangután de Tapanuli en nuestro planeta. Greenpeace sigue trabajando en Indonesia para impedir la destrucción de más masa forestal.

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