El miércoles 24 de febrero, el Senado del Estado de Vermont  (EEUU) votó a favor de cerrar la central nuclear de Vermont Yankee, propiedad de la compañía Entergy. A pesar de los esfuerzos de Entergy para renovar el permiso de funcionamiento de la central nuclear, que cuenta ahora con 38 años de edad, el Senado de Vermont decidió mantener su cierre definitivo para 2012, la fecha prevista. El voto del Senado es decisivo para cerrar la planta, independientemente de lo que pueda votar (si decide hacerlo) la Cámara de Representantes.

Con este voto, el Estado de Vermont ha mandado un claro mensaje a la industria nuclear y al presidente Barack Obama, tras anunciar la semana pasada su decisión de “regalar“ a la industria nuclear 8.300 millones de dólares en préstamos garantizados para construir dos centrales nucleares, las primeras en 30 años en EEUU. Este país no necesita nuevas centrales nucleares, sino que incluso puede cerrar las viejas y deterioradas centrales existentes y pasar a un sistema energético sostenible basado en las renovables.

La central nuclear de Vermont Yankee es un reactor BWR de 650 MW de potencia que entró en operación comercial el 30 de noviembre de 1972. Es inevitable pensar en la central nuclear de Garoña (Burgos), otro reactor BWR, de 460 MW y que empezó a funcionar en 1971. Como Vermont Yankee, Garoña tiene un largo historial de fallos y problemas de seguridad.

España se diferencia de EEUU en que el 26% de su electricidad es renovable y un 19% nuclear. En EEUU las renovables son sólo el 3% y la nuclear el 20%. Es decir, en España es aún más fácil que en EE UU prescindir de la energía nuclear. Otra diferencia es que el presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó públicamente que cerraría Garoña en 2011, cuando llegará a los 40 años, y luego decidió retrasarlo hasta 2013. Mientras él le “regaló” a Garoña y a la industria nuclear dos años más, el Estado de Vermont ha decidido cerrar Vermont Yankee en 2012, cuando ésta cumple 40 años.

Carlos Bravo, responsable de la campaña Anti-nuclear de Greenpeace