La buena noticia llegó a principios de agosto, después de meses de campaña conjunta de los Mundurukú y Greenpeace y el apoyo de un millón de personas de todo el mundo, que se sumaron para decir ‘no’ a esta locura de proyecto y presionaron a multinacionales como Siemens para que no apoyasen esta iniciativa que suponía la condena de toda una región. Cancelado el proyecto, Brasil puede ahora apostar por las energías renovables, que pueden generar la misma cantidad de energía.
Una vez más, se trata de una victoria de la gente. La protección de los pueblos indígenas y el medio ambiente ha vuelto a prevalecer sobre la visión cortoplacista y puramente económica de algunas grandes empresas y gobiernos. Y ello no hubiera sido posible sin el apoyo constante de personas como tú. Una vez más, ¡gracias!
Mario Rodríguez, director ejecutivo de Greenpeace España
@mario_rod_var