¿Por qué Greenpeace? ¿Qué distingue a Greenpeace de otras organizaciones medioambientales?
A lo mejor tenía otras organizaciones más cercanas, pero el prestigio que tiene Greenpeace me llevó inicialmente a tener contacto, vi lo que hacían y cómo lo hacían. El rigor con el que elaboraban las denuncias me atrajo. Pasé de ser socio que pagaba sus cuotas, que firmaba esto y lo otro, a presentarme al Consejo.
¿Qué es el Consejo y qué funciones tiene un miembro del Consejo?
Es el parlamento de Greenpeace, el órgano supremo y quien manda en la organización. Elige a la Junta Directiva y luego hay un ejecutivo que son los trabajadores. En realidad lo que aparece en los estatutos como derechos y deberes de un consejero son cosas bastante normales; asistir a las asambleas, preparar los debates, etc. Luego es lo que uno quiera aportar dentro de la vida del Consejo.
¿Cómo le explicarías a un socio que acaba de incorporarse a la organización que su voto es importante?
Yo no concibo Greenpeace sin que sea una organización completamente democrática en la que los socios, al menos los que quieran, vayan más allá de su aportación económica y decidan lo que es y lo que va a ser la organización.
¿Por qué la participación es siempre tan baja en las elecciones?
Por un lado la sociedad es muy poco participativa. En las elecciones generales que tanto nos afectan siempre hay un tercio que ni siquiera vota, ese es uno de los motivos. También, y esto es culpa nuestra, no hay comunicación entre el Consejo y los socios que lo han votado, incluso entre los representantes de esa comunidad y los socios de esa comunidad. Los estatutos que reformamos en el 2015 abrieron más posibilidades de relacionarse, de que lleguen sugerencias, quejas, y las puedas contestar, si no particularmente como consejero, sí al menos como Consejo.
¿En qué grupos de trabajo has participado dentro del Consejo?
Los tres primeros años he estado en un grupo que tenía como objetivo revitalizar la vida del Consejo, es de lo que me siento más orgulloso. También he sido el coordinador del grupo que reformó los estatutos. Ahora estoy en un grupo para promocionar la participación en las próximas elecciones al Consejo tanto a nivel de votantes como de candidatos.
¿Cuál es el mayor reto, según tu criterio, al que se enfrenta Greenpeace actualmente?
Por un lado esta sociedad sí está cada vez mas concienciada con la gravedad de lo que le estamos haciendo al medio ambiente, pero por otro también parece que nos da igual o incluso nos molesta. Hacer ver que las consecuencias son globales, que lo que pasa en el Ártico te afecta en Manzanares o en Madrid es el mayor reto.
¿Con qué campaña te sientes más identificado?
A mi entender, Greenpeace ha dejado muy de lado el pacifismo, algo sin lo que yo entiendo que el medio ambiente no se puede defender. Y esa campaña es la que hecho profundamente de menos. Hace unos años todavía se hacían cosas como contra la guerra de Irak o contra las bombas de racimo. Desde el Consejo este es un asunto recurrente, en España se está más por la labor, pero a nivel internacional se ha abandonado por completo.
¿Crees que un mundo mejor es posible?
Posible e imprescindible. Recuerdo, cuando empecé a tener relación con Greenpeace, los informes que publicaban sobre cambio climático. Lo que decían que iba a pasar es lo que está pasando ahora exactamente, punto por punto, pero tenemos muy poca memoria.
Textos Luis López