De vez en cuando, y sobre todo en esta época, conviene recordar que vivimos en un planeta finito con recursos finitos. Y, sin embargo y a pesar de esta realidad producimos y consumimos por encima de las posibilidades físicas del planeta. Según un informe de WWF, Planeta Vivo 2016, cada año consumimos una cantidad de recursos naturales y demandamos servicios ecosistémicos equivalentes a 1,6 planetas.
Si continuamos la actual pauta de consumo para 2050, el año que presumiblemente y según datos de la Naciones Unidas, llegaremos a ser 9.000 millones de personas, nos harían falta tres planetas para mantener el modo de la vida y consumo.
Y, aunque consumimos todo el año, es justo en Navidad donde se acelera el gasto. Por este motivo en Greenpeace hemos pensado que, en esta época de compras y regalos, podríamos incluir a un destinatario en nuestra lista de regalos: el planeta. Qué mejor regalo al planeta que consumir con cabeza y responsabilidad. Conscientes de que en cada compra estamos tomando partido sobre qué queremos y cómo queremos que el sistema funcione. De ahí que cada uno de nosotros tengamos una responsabilidad clara e ineludible.
A grandes males, importantes remedios
A veces los problemas son tan globales que producen una sensación de impotencia lógica. De ahí que sea importante recordar que hay muchas cosas en nuestro día a día que podemos modificar para mejorar la situación.
España será uno de los países europeos más afectados por el cambio climático. Algunos de los riesgos a los que nos enfrentamos y que hemos repetido desde estas páginas son: la desaparición de especies, la proliferación de otras y aumento del riesgo para la salud. Teniendo en cuenta que el incremento de temperatura actual es el mayor de los últimos 10.000 años y que somos la generación que más ha visto aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero por lo menos en 800.000 años desde que hay registro, conviene recordar algunos consejos útiles que están al alcance de cualquier para intentar frenar este proceso.
Bajar el termostato a 21ºC en invierno y ponernos un jersey si tenemos frío, ayuda mucho a reducir el consumo energético que que se emiten desde las calefacciones de todos los hogares.
El desconectado y apagado de luces y enchufes es algo fácil que contribuye mucho a frenar el desperdicio de energía. También ayuda tapar las cacerolas, usar la olla rápida en vez de estar horas utilizando energía para cocinar e intentar adquirir electrodomésticos eficientes con etiqueta A++.
Si te has planteado como propósito para el nuevo año apuntarte a un gimnasio, prueba también a redescubrir el placer de andar, utilizar el transporte público o sacar la bici. Una manera de ponerse en forma y cuidar el planeta.
Tu compra es una apuesta por un modelo
Un acto tan cotidiano y a veces tan impulsivo pero con gran repercusión. Cuando compramos estamos decidiendo qué modelo económico, social, energético... queremos. De ahí la importancia de consumir de manera responsable y sostenible.
Los alimentos importados recorren de media 4.000 kilómetros antes de llegar al mercado con lo que ello conlleva de combustible y contaminación en su recorrido. Primar en nuestra compra el producto local, de temporada y sostenible, es tan fácil como mirar la etiqueta y comprobar qué estamos comprando. La pesca artesanal emite menos CO2 que la industrial y puede incrementar el empleo en el sector un 28,4% en los próximos diez años.
Por otro lado la ganadería es responsable del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero y, en particular del 40% de metano y del 65% de óxido nitroso, dos potentes gases de efecto invernadero. Teniendo en cuenta que el 75% de la superficie agrícola mundial se destina a la alimentación y crianza de animales, es buen momento para plantearnos una reducción en nuestro consumo cárnico.
Otro de los problemas asociados al consumo es la basura y, dentro de ella, el plástico. ¿Sabías que se estima que cada año llegan 8 millones de toneladas de basura, el 80% de la cual es plástico a los océanos? Si pensamos que una simple cuchara de plástico que utilizamos unos segundos o minutos, tarda 400 años en degradarse es como para pararse a pensar si realmente necesitamos cubiertos de plásticos.
Desde Greenpeace hemos lanzado una campaña donde invitamos a todas las personas a regalar al planeta nuestro compromiso para que el año 2017 sea un año sostenible. No te olvides de incluir al planeta en tu lista de regalos. Tu compromiso es lo que necesita.
Texto Cristina Castro