Pesca ilegal de tiburón
Decían que pescaban atún, pero pescaban tiburones. Luego les cortaban las aletas y tiraban por la borda sus cuerpos, una práctica ilegal conocida como “finning”. Después las pegaban con cinta adeshiva a cuerpos de otros tiburones de menor tamaño para poderlos pasar por la aduana española en Vigo. Y finalmente fueron denunciados por sus propios tripulantes, por trabajar en condiciones de esclavitud.
Se trata de la compañía portuguesa Pescarias Cayon & Garcia LDA y su barco “Ártico”, que faenaba de esta manera en el linde de las aguas neozelandesas. Un proceder aberrante que está conduciendo a especies de tiburones de todo el mundo al abismo de la extinción, y que Greenpeace ya denunció en noviembre de 2014.
Estas prácticas son una clara muestra de que aún queda mucho por hacer. Pero cada vez somos más las personas convencidas de la necesidad de proteger los océanos y el medio ambiente. Tú ya lo sabes. Gracias por luchar junto a nosotros. Juntos lo conseguiremos.
España: puertas abiertas a la madera ilegal
Al Ministerio de Medio Ambiente no parece preocuparle que entre madera procedente de tala ilegal en España. En poco más de un año ya hemos denunciado dos veces la importación de madera ilegal en nuestro país, sin que el ministerio tome cartas en el asunto.
La primera fue en mayo de 2014. Expusimos los fraudes, chanchullos y tretas con los que se blanquea la madera talada ilegalmente en la Amazonía brasileña. Además, señalabamos que la madera de ipé, la nueva caoba, acaba siendo utilizada en obras públicas en los ayuntamientos de Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca, Zaragoza o Bilbao. Después, en marzo de este año, denunciamos a la empresa López Pigueiras, que importa madera ilegal de Brasil.
Sin embargo, el Ministerio de Medio Ambiente prefiere incumplir la normativa europea, que le obliga a combatir el comercio de madera ilegal. ¿A qué está esperando la ministra Tejerina?
El sol va a dejar de ser gratis
El Gobierno va a establecer un “impuesto al sol”, a pagar por quienes quieran generar su propia energía y estén conectados a la red eléctrica. Es un paso más del baile del ministro de Industria, José Manuel Soria, al compás de las grandes eléctricas en su objetivo de boicotear y desincentivar el autoconsumo de energía.
Este impuesto no grava una dificultad técnica, sino que constituye toda una declaración política contra quienes quieran producir su energía. Establece que los autoconsumidores paguen por duplicado los costes que tiene el sistema eléctrico: primero cuando consumen energía de la red, y segundo cuando consumen la energía que ellos mismos producen.
No podemos permitirlo. El ministro Soria tiene que reflexionar y dejar de apostar por un modelo contaminante, obsoleto y que únicamente defiende los beneficios económicos de las grandes eléctricas a costa de la ciudadanía y los consumidores. Firma ya para pedir un modelo renovable, limpio y eficiente en www.greenpeace.es/renovablesya