El Convenio OSPAR (dependiente de un acuerdo de Naciones Unidas y encargado de la protección del medio ambiente marino del Atlántico Nordeste) se comprometió en su reunión anual celebrada este año en Ostende (Bélgica) a avanzar en la creación de un Área Marina Protegida en 2016. De este modo, OSPAR, quiere cumplir con los compromisos que emanan de Naciones Unidas y trabajará con el objetivo de hacer efectiva la protección de casi un 10% de las aguas internacionales del Ártico.
Un espacio donde no entren petroleras, donde no entren grandes barcos de pesca industrial y donde la prioridad sea la protección de sus, hasta ahora, amenazados ecosistemas y especies. Un área marina protegida donde los osos polares puedan vivir en armonía con el medio natural sin el temor de que Shell encuentre un pozo petrolífero y destruya su hábitat.
Sin embargo, el recorrido no será fácil ni libre de obstáculos. En el camino se van a encontrar con las fuertes presiones de quienes buscan con avaricia el destruir este paraíso blanco. De hecho, Islandia, Noruega y Dinamarca han hecho todo lo posible por eliminar de la agenda política de la Comisión de OSPAR la protección del Ártico.
En definitiva, OSPAR tiene las únicas herramientas legales para proteger una zona del Santuario, tiene antecedentes propios de protección de aguas internacionales y tiene una propuesta sólida de área marina protegida en su Región I, la más desprotegida actualmente.
Este importante paso ha sido fruto del intenso trabajo de Greenpeace, y no se hubiera conseguido sin los socios, los voluntarios y todas y cada una de las personas que han pedido la protección del Ártico en todo el mundo (ya más de 7 millones). Gracias a todos ellos, gracias a ti, la protección del Ártico está hoy un poco más cerca.
¿Qué es OSPAR?
Es el instrumento legal que rige la cooperación internacional para la protección del medio marino del Atlántico Noreste. Su nombre surge de la unión de dos convenios anteriores sobre prevención de la contaminación marina: el de OSlo (sobre vertidos desde buques y aeronaves) y el de PARís (sobre vertidos terrestres). Entró en vigor en 1998.
Es un mecanismo de obligado cumplimiento para las 16 Partes Contratantes: 15 gobiernos (Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Islandia, Luxemburgo, Holanda, Noruega, Portugal, España, Suecia, Suiza, Reino Unido) y la Unión Europea. Regula las actividades humanas que pueden tener un impacto negativo sobre los ecosistemas y la biodiversidad del Atlántico Noreste, a excepción de la pesca y a ciertas limitaciones al transporte. OSPAR también establece la aplicación del principio de precaución, el principio de quien contamina paga, el uso de las mejores técnicas disponibles y la mejor práctica ambiental.
La Comisión de OSPAR puede adoptar medidas legalmente vinculantes o recomendaciones a aplicar en toda la zona del convenio o en alguna de las cinco regiones en las que está dividida y tiene la herramienta legal para la declaración de reservas marinas en sus aguas.
Algunas cifras sobre la destrucción del Ártico
En los últimos 30 años se han perdido tres cuartas partes del volumen de hielo en el Ártico.
• El Ártico se calienta dos veces más rápido que la media mundial.
• Cada minuto se deshiela en el Ártico la superficie equivalente a 3,5 estadios de fútbol.
• 2014 ha sido el año más caluroso desde 1880.
• La temperatura en el Ártico ha aumentado el doble que la media global en los últimos 10 años.
• En 2015 la máxima extensión de hielo ha alcanzado un nuevo mínimo histórico.
• La duración del verano en el Ártico (periodo con menos hielo) se ha incrementado en 5-10 semanas desde 1979 y hasta 20 semanas en el mar de Barents.
• 0% de las aguas internacionales del Ártico están protegidas.
En 2014, WWF presentó a OSPAR una propuesta de área marina protegida que de ser aprobada supondría la protección del 8,3 % del Santuario Ártico que propone Greenpeace. Esta propuesta, denominada “Hielo ártico en alta mar” se localiza en el extremo más al norte de la Región 1 de OSPAR, dentro de aguas internacionales. La extensión total es de 232.650 km2, una superficie aproximadamente igual a la mitad de la España peninsular.
Durante todos estos meses, Greenpeace ha tenido una constante actividad en torno a OSPAR. Ha desplegado pancartas en Alemania, Inglaterra, Bélgica, ha seguido las reuniones de expertos, en las que ha participado activamente y hasta llevado llevado “osos polares”... Todo para pedir a los delegados de OSPAR que cumplieran con su mandato de defender el Ártico.