Ellos (nosotros, tú) permanecieron durante una semana en medio del Pacífico a bordo de la plataforma petrolera de Shell, Polar Pioneer, para pedirle al gigante estadounidense que no continúe con sus planes de perforar el Ártico, de destruir este entorno único. Escalaron la plataforma y se asentaron durante 6 días, 123 horas, en un campamento en la parte inferior de la cubierta principal de la mastodóntica estructura de 38.000 toneladas.
Desde allí lanzaron su mensaje y recibieron el apoyo de miles de personas. Permanecieron resistiendo hasta que las condiciones metereológicas les impidieron continuar con su protesta. Los seis activistas tuvieron que abandonar la plataforma, pero no su voluntad de mostrar a Shell el poder de la gente, gente como tú, que considera que el medio ambiente está por encima de los intereses de las multinacionales y los gobiernos. Porque como explicaba uno de los activistas desde la plataforma de Shell: “no estamos solos”.
Mario Rodríguez, director ejecutivo de Greenpeace España
@mario_rod_var