El pasado mes de mayo 100 activistas de Greenpeace entraron en el hotel de El Algarrobico con brochas y botes de pintura negra para pintar un gigantesco punto negro que cubriese toda la fachada y se viera desde todas las direcciones y distancias. Demandaban la demolición inmediata de este hotel ilegal, ubicado en pleno Parque Natural del Cabo de Gata e icono de la burbuja inmobiliaria que nos ha llevado a una crisis económica, social y ambiental sin precedentes.

Uno se pregunta en qué estaban pensando y hacia dónde estaban mirando la Junta de Andalucía y el Gobierno del Estado cuando la constructora Azata puso la primera piedra de esta mole de cemento que incumple la Ley de Costas y está en una zona protegida.

Este hotel, que tendría que haber sido demolido hace ya muchos años, está aún en pie, sostenido por una jungla judicial que se inició hace ya casi una década. No nos vamos a rendir. Sabemos que los socios y socias de Greenpeace vais a seguir empujando para acabar con el símbolo de la destrucción de nuestras costas.

Mario Rodríguez es director ejecutivo de Greenpeace España
@mario_rod_var