Casi tres cuartas partes de los cultivos para consumo humano en España están amenazados por el declive actual de las abejas y otros polinizadores
Tal y como asegura el doctor Jordi Bosch del CREAF (Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals), “no cabe duda de que nuestra dieta sería bastante aburrida en un mundo sin polinizadores, entre ellos las abejas. Y aunque pueda parecer un escenario poco probable, varios estudios muestran que a lo largo del último siglo se han producido pérdidas importantes de diversidad de polinizadores”.
Con el objetivo de analizar el valor de la polinización en España y el grado de vulnerabilidad de la agricultura ante la pérdida de estos fundamentales insectos, Greenpeace ha elaborado su informe Alimentos bajo amenaza. Valor económico de la polinización y vulnerabilidad de la agricultura española ante el declive de las abejas y otros polinizadores. En este estudio, Greenpeace describe cómo en los últimos años se ha constatado un importante descenso de las poblaciones de estos valiosos insectos, un problema preocupante: de ellos depende en gran medida la seguridad alimentaria y la biodiversidad del planeta, debido a su función polinizadora, una labor fundamental pero que pasa muchas veces desapercibida.
De este modo, el 70% de los principales cultivos de la agricultura española para consumo directo humano dependen en mayor o menor medida de la polinización por insectos. Así, cultivos tan importantes para nuestra alimentación como las almendras, melones, sandías, calabacines, calabazas, pepinos, kiwis, melocotones, manzanas, peras, cerezas y un largo etcétera podrían ver caer su producción hasta un 90% e incluso desaparecer si no se frena este declive.
Mariposas y abejorros, también en peligro
Las abejas no son los únicos polinizadores en peligro. Según cifras de la Unión Internacional para la Conservación del Medio Ambiente, de las 68 especies de abejorros que existen en Europa, un 46% están en declive y hasta el 24% en vías de extinción, lo que dibuja un “camino irreversible”. Asimismo, según la Agencia Europea del Medio Ambiente, las poblaciones de mariposas de las praderas han caído un 50% en las últimas dos décadas.
Valor de la polinización
Cerezas, calabazas, melones, pepinos, peras, manzanas, melocotones o almendras son algunos de los cultivos que podrían desaparecer
España es el principal productor de miel y polen de la Unión Europea. Aunque, como explica Greenpeace en su informe, las abejas son mucho más que miel. También es el segundo productor mundial de almendras, el cuarto de melocotones y nectarinas y el tercero de fresas, cultivos que pertenecen a los sectores más vulnerables por la falta de polinización por insectos. Greenpeace ha calculado cómo afectaría esta pérdida a los sectores agrícolas españoles más importantes, y los más vulnerables son frutos secos (34%), sector frutícola (18%) y hortícola (17%).
Además de su imprescindible e incalculable función para la biodiversidad, es enorme el valor económico de esta función que abejas y demás polinizadores realizan para la agricultura de manera “gratuita”. Las estimaciones arrojan la cifra de 265.000 millones de euros a nivel mundial y de 22.000 millones para Europa. Mientras que en el caso de España, el beneficio es de 2.400 millones de euros. Se trata de una cifra conservadora, ya que no tiene en cuenta los cultivos forrajeros para alimentar animales, huertos familiares ni praderas.
Las abejas agonizan. Desde hace años, hay una progresiva desaparición de abejas melíferas y otros polinizadores, algunos incluso en peligro de extinción. El sector apícola español denuncia mortandades de abejas entre el 20 y el 40%, incluso superiores en algunas regiones, como Galicia, donde hasta un 56% de las colonias han desaparecido desde el año 2000.
Pero ¿por qué están desapareciendo las abejas y demás polinizadores? No hay una única causa que explique su declive. Existen una serie de factores: pérdida de hábitats; prácticas de la agricultura convencional, y en particular el uso de plaguicidas; parásitos y enfermedades; especies vegetales y animales invasoras, y los impactos del cambio climático, que actúan de forma conjunta o aislada.
Sin embargo, entre estos múltiples motivos, hay uno que destaca: el uso de insecticidas para la agricultura convencional. Existen pruebas científicas de que uno de los principales causantes de esta lenta extinción son los denominados “neonicotinoides”, muy usados en agricultura. Provocan efectos neurotóxicos en las abejas que pueden ir desde la muerte inmediata a la incapacidad de orientarse, en otros.
“Hay que eliminar los pesticidas peligrosos para las abejas. Si no acabamos nosotros con ellos, acaban ellos con nosotros”, explica preocupado el apicultor Manuel Izquierdo. “Cuando los insecticidas matan a nuestras abejas y a otros polinizadores, están acabando no solo con ellos sino con la vida tal y como la conocemos. Por eso es fundamental protegerlas”.
La propia Agencia Europea de Seguridad Alimentaria ha confirmado ya el riesgo de estos plaguicidas. Pero no es necesario acudir a organismos o estudios científicos, las propias fichas de registro de los productos indican claramente que son peligrosos para las abejas. Y no son casos aislados: en la actualidad están autorizados 319 insecticidas con esta “peculiaridad”. Por ello Greenpeace pide su prohibición.
Las abejas son un termómetro de la naturaleza que nos está marcando que algo va mal. Los datos están ahí, las evidencias, también. La naturaleza está hablando ahora, tal y como dice la ingeniera agrónoma y coordinadora de la Asociación de Agricultores Biológicos de Murcia, Carmen Chocano: “Nuestras aliadas desaparecen… ¿Seremos capaces de frenar esta destrucción y seguir endulzando las generaciones futuras?”.
110 ciudades europeas piden la protección de las abejas
El sábado 10 de mayo se celebró el Día de Acción Europeo para salvar a las abejas. Voluntarios de toda Europa salieron a la calle en 110 ciudades de nueve países para pedir que se prohíban los plaguicidas peligrosos para las abejas y otros polinizadores, se desarrolle un plan de acción integral para protegerlos y se apoye decididamente la agricultura ecológica. En España se colocaron en 13 ciudades puestos de mercado, con y sin abejas, para mostrar de manera visual cómo es actualmente nuestra alimentación y cómo sería si desaparecieran estos valiosos insectos cuya labor es fundamental para el medio ambiente, la agricultura y la alimentación.
DEMANDAS DE GREENPEACE
Para salvar a las abejas, a la agricultura y nuestra alimentación Greenpeace demanda a las autoridades españolas que:
• prohíban el uso de los 319 plaguicidas peligrosos para las abejas y otros polinizadores antes del 2017 y no se autoricen otros sospechosos de serlo
• desarrollen un plan integral de acción para proteger a las abejas melíferas y demás polinizadores
• establezcan una hoja de ruta de cara a incrementar a 7,6 millones de hectáreas (el 30% de la superficie agrícola española) la superficie dedicada a la agricultura ecológica en 2020, y para que antes del 2050 la agricultura en España sea 100% ecológica
• las CC.AA. garanticen la adopción de medidas a nivel local que permitan la protección de los polinizadores. Y que fomenten también por su parte las prácticas agrícolas respetuosas basadas en las técnicas de agricultura ecológica.
Marta San Román es responsable de Comunicación en Greenpeace España. @martasrs