Magazine / julio 2014

Hettie Geenen, primera oficial del Rainbow Warrior

@ Greenpeace/ Pedro Armestre

Alguien tiene que levantarse por los que no tienen voz. Eso es Greenpeace”

Hettie Geenen se mueve por el Rainbow Warrior como si estuviese en su propia casa y hace que todo el mundo se sienta así. Libreta o pizarra en mano, organiza y dispone para que todo esté como tiene que estar, para que todo funcione. Y cuando ella está al mando todo fluye a la perfección, la vida a bordo se convierte en un engranado perfecto cuando esta holandesa, marinera de profesión y de corazón, toma las riendas. La primera oficial demuestra que se puede mandar, con sonrisas y un toque de dulzura, en un mundo, el de los barcos, mayoritariamente de hombres.

 

¿Cómo comenzaste a trabajar en los barcos de Greenpeace?

 

Empecé en 1999. Antes, durante 12 años navegué con embarcaciones tradicionales holandesas, pero quería hacer algo con objetivo diferente, con una meta en la que creyese. Una amiga me habló de Greenpeace y un mes después ya estaba navegando en uno de sus barcos. Mi primer viaje fue un tour de tóxicos por Asia con Pete Willcox como capitán. Fue una gran experiencia.

 

¿Qué hace exactamente una primera oficial? ¿Cuál es su papel?

 

Es la segunda persona al mando. El capitán se encarga más de las cosas del exterior. Yo más de las cosas de dentro del barco. Estoy ocho horas en el puente (como todos los oficiales, en dos turnos de cuatro horas) y llevo la seguridad del barco. En un barco mercantil tienes que trabajar con la mercancía, en Greenpeace con la campaña.

 

¿Cuáles son las diferencias de trabajar en un barco de Greenpeace respecto a otros buques?

 

Aquí no navegas por diversión, sino por un objetivo, por lograr algo. Esa es la principal diferencia. En muchas cosas es un barco como los otros, pero eso es lo que lo hace único.

 

¿Crees que el hecho de ser mujer tiene ventajas o inconvenientes a la hora de ocupar una posición como la tuya?

 

Yo no siento la diferencia porque siempre estuve en un mundo de hombres. No he tenido ningún inconveniente, al revés, creo que ha sido positivo. Para la organización interna es mejor, así no es un barco tan masculino. Creo que sirve para equilibrar y hacerlo más completo. Sería bueno que hubiera más mujeres en puestos relevantes en los barcos de Greenpeace.

 

¿Cuál ha sido el mejor momento que has vivido como primera oficial de un barco de Greenpeace?

 

Los que más me gustan son los que suponen un reto, el reto de tenerlo todo organizado. Cuanto más caótico, más me gusta. No son las grandes acciones, sino momentos más pequeños, por ejemplo cuando ves flotillas (como la que nos recibió en Ibiza) y lo contenta que está la gente cuando te ve, de que llegues y estés ahí. Eso es lo que más me gusta. Soy más una persona “de gente”, me gusta ver mi trabajo reflejado en la gente, como por ejemplo el cambio climático que afecta a miles de personas.

 

Me imagino que a lo largo de estos años, habrá momentos en los que habrás pensado en dejarlo ¿Qué es lo que hace que sigas?

 

La razón por la que continúo es porque creo que es bueno que Greenpeace esté, que exista. Viví una historia muy emotiva de una niña filipina de seis años, Crizel, muy enferma por tóxicos, cuyo último deseo era visitar el barco. Murió a bordo. Fue muy triste pero también esperanzador ver su ilusión. También gracias a su terrible historia se pudo denunciar el problema de la contaminación química. Es el ejemplo de que alguien tiene que levantarse por los que no tienen voz: eso es Greenpeace.


¿Cómo te ves dentro de diez años? ¿Te gustaría ser capitana?

No tengo esa ambición. Cuando trabajo con capitanes que se lo creen, que de verdad trasmiten la campaña, siento que está todo bien cubierto. Creo que yo soy mejor en otro plano, que soy mejor organizando. Si estoy bien con el capitán, no siento que necesite ser yo capitana.


¿Qué ha sido lo mejor del tour contra las prospecciones en España del Rainbow Warrior?

Ver lo que se puede hacer con un barco, ver que es una gran plataforma para la gente. Lo mejor ha sido demostrar a la gente que no están solos. Ver su apoyo absoluto a esta campaña. También me encanta ver a los voluntarios trabajando, haciendo de todo, su dedicación. Es increíble lo que puedes conseguir en unos días, un empujón que luego continúa con el trabajo constante.