No hay culpables en el Prestige
60.000 toneladas de crudo, 2.600 kilómetros de costa, 786 playas contaminadas en dos países distintos, y ningún culpable. Es el resultado final del Prestige, la mayor catástrofe ambiental de Europa, que finalmente parece no tener responsables.
Así lo ha dictaminado la Audiencia Provincial de A Coruña tras un año de juicio. Solo el capitán ha sido condenado a nueve meses por desobediencia civil. Pero los responsables políticos jamás se sentaron en el banquillo: ni Mariano Rajoy, entonces vicepresidente del Gobierno y responsable de gestionar la crisis; ni Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación; ni Jaume Matas, ministro de Medio Ambiente; ni Francisco Álvarez Cascos, ministro de Fomento. Ninguno parece haber tenido responsabilidad alguna en intentar desentenderse del problema enviando el buque mar adentro en lugar de traerlo a puerto. Ninguno es responsable de los 4.000 millones de euros de coste ni de los numerosos ecosistemas marinos afectados.
La sentencia ya ha sido recurrida por la plataforma Nunca Máis y el Gobierno francés, entre otros. Pero sea cual sea el resultado final, los responsables políticos seguirán ostentando puestos de responsabilidad, y tal vez sigan tomando decisiones tan fatales como la del Prestige. Total, la justicia parece que nunca les exigirá responsabilidades.
¿Milagro en Santiago?
“No termino de creerme lo que estoy viendo” se decía una y otra vez incrédulo Jeremy Percy, pescador británico que el pasado día 24 de noviembre ponía con su firma una de las piedras angulares del proyecto LIFE, una organización recién nacida que ya agrupa a más de un millar de pescadores sostenibles de ocho países europeos.
LIFE (Low Impact Fishermen of Europe) es la primera organización paneuropea que representa a un número tan grande de pescadores artesanales de diferentes nacionalidades y nace con la vocación de velar por los derechos e intereses de un sector como el de la pesca sostenible que, a pesar de representar la mayoría de la flota europea (más del 70 %), tradicionalmente ha sido ignorado por los representantes europeos que les han negado derechos de pesca y todo tipo de ayudas a favor de la flota industrial.
Los más de 100 pescadores que por un día dejaron sus aparejos de pesca y viajaron hasta la capital compostelana para firmar la declaración de principios de LIFE no pudieron contener una carcajada cuando Jeremy subió al estrado y comentó que en su pueblo al sur de Inglaterra hay un dicho que asegura que es más fácil poner de acuerdo a una jauría de gatos que a un grupo de pescadores, así que se preguntó: “¿No será obra del santo Santiago?”
Pasarela Detox
Normalmente las marcas de moda están acostumbradas a que lo que desfila por encima de la pasarela sean modelos con sus últimas creaciones, y no su política de uso de contaminantes en los procesos de producción textil.
Por eso los representantes de varias marcas no supieron qué responder a los internautas que les preguntaban en sus redes sociales cuando vieron “desfilando” a sus “modelos esqueleto” encima de la pasarela virtual de Greenpeace, rodeadas de barriles con productos tóxicos y contaminantes.
Desde que hace dos años se lanzara la campaña Detox contra el uso de tóxicos en la elaboración de prendas de vestir, numerosas empresas se han comprometido a sumarse al “reto Detox” y a eliminar de su cadena de suministro determinadas sustancias peligrosas para la salud y el medio ambiente. Sin embargo, no todas han hecho de ese compromiso una realidad, por eso Greenpeace ha querido hacerlas desfilar ante sus clientes. Entre las que sí han cumplido destacan las españolas Inditex y Mango, mientras que entre los rezagados aparecen marcas como Gap o Giorgio Armani. Quién lo iba a decir.