Frente a la errada decisión de Trump de salirse del Acuerdo de París, Greenpeace lo tiene claro: seguimos adelante. Pese a ser uno de los países más contaminantes del planeta, no hay que olvidar que 200 países han suscrito el Acuerdo, lo que significa que hay más partidiarios de frenar el termómetro global que de acabar con el clima. En concreto el resto de países firmantes representan el 87% de las emisiones globales lo que refleja que el compromiso sigue vigente y la voluntad de mantener a raya el 1,5 grados ha de ser férrea.
Trump puede echar por tierra las políticas medioambientales y la transición a energías renovables, pero el resto de la comunidad internacional continúa hacia delante con un Acuerdo que mantiene toda su vigencia y goza de buena salud. Y ya hay datos que avalan esta mirada al futuro: la energía solar y eólica son ahora más baratas que los combustiles fósiles sin subvenciones en al menos 30 países y las inversiones en energías renovables superan a los combustiles fósiles en nuevas inversiones en generación de energía a nivel mundial.
Podemos incluso afirmar que el carbón empieza a ser cosa del pasado. Tres de los países del G7 anunciaron la paulatina eliminación del carbón. Así que no, la salida de Trump del acuerdo de París no significa su muerte. Greenpeace debe vigilar que los países cumplan sus compromisos medioambientales. Y será Trump el que tenga que explicar a sus ciudadadanos porqué les ha negado los beneficios de esta transición.
Mario Rodríguez es director ejecutivo de Greenpeace España
@mario_rod_var