Magazine / octubre 2013

Bocados de costa

© Greenpeace/ iconi

A pequeños mordiscos, o directamente engullida a grandes bocados, la costa española ha sido devorada de manera incesante. Así lo demuestran los datos de la última edición, la decimotercera ya, del informe Destrucción a Toda Costa, que este año centró su análisis en la evolución de la urbanización a escala municipal. Los datos hablan por sí mismos: sólo en la franja de los primeros metros de costa se han destruido en 18 años dos hectáreas al día, una cuarta parte de lo construido hasta ahora.

La Comunidad Valenciana tiene un 51% de la franja costera ocupada, seguida de Cataluña (44%) y Andalucía (36%).

Por primera vez, Greenpeace ha puesto su lupa en los municipios, ya que es ahí donde se ha generado buena parte de esa destrucción. Mediante el uso de imágenes de satélite, se analiza la situación de los primeros 500 metros de costa, municipio por municipio. Se recogen los datos oficiales obtenidos a partir de imágenes satélite de 1987, 2000 y 2005 por el proyecto de la agencia europea de Medio Ambiente Corine Land Cover, gracias a la ayuda del doctor Fernando Prieto. Son, de este modo, cifras conservadoras ya que el ‘boom’ urbanístico no cesó hasta 2008.

Para entender la magnitud de esta destrucción basta con señalar que la franja de los primeros 500 metros de litoral representa tan sólo el 0,55% del total del suelo del Estado. Un pequeñísimo y valioso territorio sistemáticamente maltratado y acosado. La ocupación de la primera línea de costa ha sido masiva y puede continuar siéndolo ya que la nueva Ley de Costas proporciona la herramienta perfecta para seguir urbanizando el litoral.

En algunas comunidades, ya hay más superficie destruida que conservada y otras están muy cerca. La Comunidad Valenciana tiene un 51% de la franja costera ocupada, seguida de Cataluña (44%) y Andalucía (36%). En cuanto a las provincias con menos costa natural destacan Málaga, con el 67% de la franja ya ocupada por infraestructuras, urbanizaciones y otro tipo de desarrollos, y Alicante, con el 59%. Por tamaño de municipios los que más suelo artificial tienen en los primeros 500 metros son Marbella (Málaga) con el 90% de su costa urbanizada, Mijas (Málaga) con el 91%, Fuengirola (Málaga) con el 95% o Finestrat (Alicante) con el 100%.

Se ha destruido mucho y muy rápido. Si se analiza la velocidad a la que se ha urbanizado, de nuevo destaca negativamente la Comunidad Valenciana con un 43%, seguida de islas Baleares, con el 37% y Canarias, con el 36%. De entre las provincias, las más rápidas en la destrucción han sido Castellón (74%), Valencia (71%) y Almería (39%).
Corrupción, burbuja inmobiliaria, infraestructuras, urbanización, riesgo de inundación… son algunos de los ingredientes que, mezclados, han dado una radiografía de los peores puntos de la costa española. Greenpeace los ha analizado y de ahí han salido los peores municipios del Estado (ver ‘Top 10 de la destrucción’).

Destacan los 155 municipios que han optado por proteger su territorio y crear restricciones para su edificación.

En una costa inundada de ladrillo destacan positivamente los 155 municipios que han optado por proteger una parte importante de su territorio y crear restricciones para su edificación. Honrosas excepciones que representan la cara opuesta a la destrucción imperante. Sin embargo, sobre estas “joyas de la corona” de la costa siempre pende la amenaza de la desprotección. Muchos alcaldes y sus comunidades autónomas ven en la protección ambiental un escollo para el desarrollo económico de su municipio y promueven activamente la destrucción de su patrimonio natural.

Níjar (Almería), Almonte (Huelva), Cadaqués (Girona), Sant Carles de la Ràpita (Tarragona) y Tarifa (Cádiz) son los cinco municipios con más porcentaje de suelo protegido. Sin embargo, algunos (como Níjar o Tarifa) ven en la protección ambiental un problema y promueven activamente la desprotección.

A pesar del parón absoluto de la construcción a partir de 2008, la costa no está a salvo del apetito voraz de todos aquellos que ven en ella, no un recurso natural finito, sino una inagotable fuente de beneficios. La gran cantidad de suelo declarada como urbanizable aunque no urbanizada o los nuevos impulsos del sector turístico residencial se ciernen amenazantes sobre el litoral. Además, con la excusa de la crisis económica y debido a los recortes, existe el riesgo de que cualquier proyecto de construcción pueda ser aprobado por unos controles más laxos o inexistentes.

A pesar de los datos todavía existe una oportunidad si se empiezan a tomar medidas municipio por municipio, ayuntamiento por ayuntamiento. El informe de Greenpeace sirve para reflexionar sobre lo que ha sucedido y decidir qué tipo de gestión del litoral queremos en el futuro. Tú, ¿que tipo de costa quieres?

“Premios Burbuja inmobiliaria de oro”

Diez gigantes burbujas doradas adornaron el pasado 10 de agosto playas y paseos marítimos representativos de nuestra costa para denunciar la situación de la devastada costa española y hacer entrega simbólica del premio “Burbuja inmobiliaria de Oro” a todos aquellos municipios que más han destruido la costa a base de ladrillo y hormigón.

Las burbujas hinchables, de 6 metros de diámetro, se realizaron en colaboración con el colectivo Basurama. Durante toda la mañana, los voluntarios de la organización informaron sobre los municipios ganadores en mala gestión costera identificados en el informe de la organización presentado días antes y sobre las medidas necesarias para la conservación de los pocos espacios que aún se han mantenido a salvo de la destrucción.

Burbuja inmobiliaria