Magazine / octubre 2013

Cortos

© Greenpeace/ José Bienvenido

¿Reapertura de Garoña?

El pasado 6 de julio la central nuclear de Santa María de Garoña echó el cierre. Pero el Gobierno ha incluido en el último momento en el proyecto del Real Decreto para la gestión responsable y segura del combustible nuclear gastado y los residuos radiactivos, un párrafo que contempla la permisividad para la continuidad de las centrales nucleares si estas se han cerrado por razones meramente económicos. Casualmente esta cláusula deja la puerta abierta a la reapertura de Garoña.

Greenpeace ha denunciado que estas razones únicamente favorecen los intereses de Nuclenor y pasan por alto la seguridad ciudadana. El último episodio de este culebrón no hace más que confirmar el riesgo.

El río Ebro suministra 24.331 litros por segundo para la refrigeración del reactor nuclear de Garoña. La Confederación Hidrográfica del Ebro ha afirmado que para preservar el caudal ecológico del río serían necesarias torres de refrigeración para mantener la calidad del medio ambiente,  ya que lo contrario supondría el incumplimiento del Plan Hidrográfico del Ebro.  Por lo tanto no le concederán el permiso para verter al Ebro el agua procedente de la refrigeración del reactor.

No obstante, el Gobierno está realizando modificaciones  normativas para reabrir la central.

© Greenpeace

La Trapa sufre un nuevo incendio

El incendio ocurrido el pasado mes de julio en Andratx (Mallorca), que afectó a más de 2.300 hectáreas de la Sierra de la Tramontana, reaviva la pesadilla que ya se vivió en 1994, cuando otro incendio quemó casi toda la cobertura vegetal de 81 hectáreas de la finca de La Trapa.

En 1980, la organización Grup Ornitologic Balear (GOB) adquirió la finca de La Trapa con el apoyo popular e institucional. Todos compartían un mismo objetivo: preservar sus valores ambientales de la parcelación y urbanización. Catorce años más tarde el fuego arrasó la finca. Sin embargo, gracias a la participación altruista del voluntariado, la zona se recuperó y se convirtió en lugar de promoción del excursionismo, la investigación científica, la educación ambiental y la conservación de la naturaleza.

Ahora, tras este nuevo incendio, Greenpeace renueva su compromiso con la naturaleza de la Isla de Mallorca y con los colectivos que como el GOB han estado luchando para defenderla y restaurarla. La colaboración económica de socios y simpatizantes irá destinada nuevamente a acciones de recuperación ambiental una vez que el GOB establezca un plan de trabajo. Si quieres saber más y participar en la recuperación de este Patrimonio de la Humanidad, entra en www.greenpeace.es

© Shayne Robinson/ Greenpeace

Fukushima: una constante amenaza para el planeta

La compañía operadora de la central nuclear de Fukushima, Tokyo Electric Power Co. (TEPCO) ha anunciado la peor fuga de agua contaminada desde la catástrofe nuclear: 300 toneladas de agua radiactiva han escapado de los tanques de almacenamiento del agua que están enfriando los reactores tras la catástrofe de 2011. Las autoridades de regulación nuclear japonesas lo han clasificado como un incidente de nivel 3 en una escala de 7 niveles. El nivel de radiactividad es tal, que una hora junto a ese agua equivale al límite de radiación acumulado permitido a los trabajadores nucleares durante cinco años.

TEPCO y los proveedores de plantas nucleares, como General Electric, Toshiba e Hitachi debe responsabilizarse del desastre causado y de su falta de capacidad para solucionarlo. Hay todavía más de 160.000 personas que no pueden volver a sus hogares y otras tantas que sufren una exposición inadmisible a la radiación.

Este nuevo desastre evidencia lo que Greenpeace denuncia desde hace años: la energía nuclear no es una opción.

© Paul Langrock/Zenit

Un impuesto nunca visto

Gracias al espectacular descenso de los costes de la tecnología fotovoltaica, ya es más económico producir electricidad para autoconsumo en un edificio que comprarla a las compañías eléctricas. Así los consumidores podríamos producir toda o parte de la electricidad que necesitamos y nos costaría menos que no hacerlo. Pero si esto se generalizase, las eléctricas podrían perder una parte suculenta de su negocio. Para dirimir la cuestión, solo faltaba la normativa que lo regule.

Tras casi dos años esperando, el ministro Soria ha presentado un borrador de Real Decreto sobre autoconsumo, en el marco de la avalancha normativa que constituye su contrarreforma eléctrica. Con el nuevo decreto, el ministro resolvería la cuestión a favor de... ¡las eléctricas! El poder de éstas, sobre todo de Iberdrola, es tan grande que el decreto recoge hasta sus más aberrantes propuestas, como el inaudito “peaje de respaldo”, de manera que quien produzca electricidad para su propio consumo tendrá que pagar por esa energía que ahorra, además de pagar (y no cobrar) por la que le sobre y vaya a la red. Y aquellos que se nieguen a pagar tan injusta tasa o no registren su instalación podrían ser sancionados hasta con 60 millones de euros. Además, en otro decreto han subido la parte fija del recibo la luz (el término de potencia), para penalizar a quien ahorre energía, con o sin autoconsumo.

© Greenpeace/ Gustavo Graf

Monsanto tira la toalla

Finalmente Monsanto se ha dado por vencida. O eso parece. La empresa estadounidense ha tomado la decisión de no comercializar nuevos transgénicos en la Unión Europea por las fuertes regulaciones a las que se enfrenta, su inviabilidad comercial y por el rechazo de la opinión pública.

Pero todavía quedan cultivos transgénicos en tierras europeas. Y más concretamente en nuestro país, donde se localizan casi un 90% de ellos. Por eso, desde Greenpeace queremos pedir al Gobierno que prohíba el cultivo del maíz MON810, como ya lo han hecho otros ocho países de la  UE. Además, la autorización de 10 años para su cultivo en tierras comunitarias está a punto de finalizar. Debemos luchar para que la Comisión Europea no la renueve y podamos así disfrutar de una tierra libre de las amenazas de los transgénicos. Con la retirada total de los productos de Monsanto puede haber una oportunidad real para el desarrollo de una producción agrícola sin costes negativos para el medio ambiente.

© Greenpeace/ Matías Costa

Un paso más cerca de salvar las abejas

Estamos de celebración: la Comisión Europea ha tomado la decisión de restringir el uso del fipronil, un plaguicida de alto riesgo para las abejas, polinizadores naturales que juegan un papel fundamental en la producción de alimentos. No obstante, debemos seguir luchando, pues ha sido una resolución de carácter temporal que, aunque positiva, no es suficiente para permitir la recuperación total de las abejas. Solo una prohibición total a largo plazo puede ayudar a restaurar la salud de los polinizadores. Además, la propuesta de la Comisión incluye excepciones a su prohibición para determinados cultivos y para su uso en invernaderos.

Hasta ahora, el fipronil estaba autorizado únicamente en siete Estados miembro. España, entre ellos, permitió su uso desde 2002 y había sido recientemente prorrogado hasta 2014. La decisión de la Comisión libera así a nuestra cabaña apícola de la exposición a este peligroso plaguicida.

Hace unos meses, Greenpeace ya avisó del riesgo en la utilización de siete plaguicidas tóxicos para las abejas. Entre ellos se encontraba el fipronil. Ahora aplaudimos la decisión de los países europeos de darle otra oportunidad a estos insectos que tanto dan al mundo.