Un impuesto nunca visto
Gracias al espectacular descenso de los costes de la tecnología fotovoltaica, ya es más económico producir electricidad para autoconsumo en un edificio que comprarla a las compañías eléctricas. Así los consumidores podríamos producir toda o parte de la electricidad que necesitamos y nos costaría menos que no hacerlo. Pero si esto se generalizase, las eléctricas podrían perder una parte suculenta de su negocio. Para dirimir la cuestión, solo faltaba la normativa que lo regule.
Tras casi dos años esperando, el ministro Soria ha presentado un borrador de Real Decreto sobre autoconsumo, en el marco de la avalancha normativa que constituye su contrarreforma eléctrica. Con el nuevo decreto, el ministro resolvería la cuestión a favor de... ¡las eléctricas! El poder de éstas, sobre todo de Iberdrola, es tan grande que el decreto recoge hasta sus más aberrantes propuestas, como el inaudito “peaje de respaldo”, de manera que quien produzca electricidad para su propio consumo tendrá que pagar por esa energía que ahorra, además de pagar (y no cobrar) por la que le sobre y vaya a la red. Y aquellos que se nieguen a pagar tan injusta tasa o no registren su instalación podrían ser sancionados hasta con 60 millones de euros. Además, en otro decreto han subido la parte fija del recibo la luz (el término de potencia), para penalizar a quien ahorre energía, con o sin autoconsumo.
Monsanto tira la toalla
Finalmente Monsanto se ha dado por vencida. O eso parece. La empresa estadounidense ha tomado la decisión de no comercializar nuevos transgénicos en la Unión Europea por las fuertes regulaciones a las que se enfrenta, su inviabilidad comercial y por el rechazo de la opinión pública.
Pero todavía quedan cultivos transgénicos en tierras europeas. Y más concretamente en nuestro país, donde se localizan casi un 90% de ellos. Por eso, desde Greenpeace queremos pedir al Gobierno que prohíba el cultivo del maíz MON810, como ya lo han hecho otros ocho países de la UE. Además, la autorización de 10 años para su cultivo en tierras comunitarias está a punto de finalizar. Debemos luchar para que la Comisión Europea no la renueve y podamos así disfrutar de una tierra libre de las amenazas de los transgénicos. Con la retirada total de los productos de Monsanto puede haber una oportunidad real para el desarrollo de una producción agrícola sin costes negativos para el medio ambiente.
Un paso más cerca de salvar las abejas
Estamos de celebración: la Comisión Europea ha tomado la decisión de restringir el uso del fipronil, un plaguicida de alto riesgo para las abejas, polinizadores naturales que juegan un papel fundamental en la producción de alimentos. No obstante, debemos seguir luchando, pues ha sido una resolución de carácter temporal que, aunque positiva, no es suficiente para permitir la recuperación total de las abejas. Solo una prohibición total a largo plazo puede ayudar a restaurar la salud de los polinizadores. Además, la propuesta de la Comisión incluye excepciones a su prohibición para determinados cultivos y para su uso en invernaderos.
Hasta ahora, el fipronil estaba autorizado únicamente en siete Estados miembro. España, entre ellos, permitió su uso desde 2002 y había sido recientemente prorrogado hasta 2014. La decisión de la Comisión libera así a nuestra cabaña apícola de la exposición a este peligroso plaguicida.
Hace unos meses, Greenpeace ya avisó del riesgo en la utilización de siete plaguicidas tóxicos para las abejas. Entre ellos se encontraba el fipronil. Ahora aplaudimos la decisión de los países europeos de darle otra oportunidad a estos insectos que tanto dan al mundo.