Magazine / septiembre 2012

La opinión

© Greenpeace/ Pedro Armestre

Una nuclear menos

Entre la foto de esta página, con activistas de Greenpeace en un globo aerostático sobre Garoña, y el cierre de la central, previsto para julio de 2013, habrá pasado una década, a la que habría que sumar muchos años más de lucha; de acciones, informes y estudios denunciando la lamentable situación de esta vieja cafetera atómica.

La decisión de Endesa e Iberdrola ha puesto en evidencia su arrogancia y su desdén hacia los trabajadores de la central, de los que se han olvidado en cuanto les dejaron de cuadrar las cuentas.

Recuerdo que un año más tarde, en 2004, bloqueamos la puerta de la central y, posteriormente, en noviembre de 2008, colocamos un contenedor frente a la puerta principal de acceso. La última fue el pasado 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, cuando sobrevolamos con un paramotor la central y depositamos  un bote de humo en el edificio del reactor para denunciar la inseguridad y peligrosidad de la central nuclear y reclamar su cierre.

La decisión de las compañías propietarias de la central, Endesa e Iberdrola, ha puesto en evidencia su arrogancia y su desdén hacia los trabajadores de la central, de los que se han olvidado en cuanto les dejaron de cuadrar las cuentas. En realidad siempre ha sido así. Es más, han evidenciado lo que era obvio: la energía nuclear es cara, insegura y peligrosa.

Hemos trabajado intensamente durante muchos años para conseguirlo. Y lo hemos hecho entre todos: socios, activistas, ciberactivistas, voluntarios y simpatizantes. Una multitud de personas que durante todos estos años hemos luchado contra la energía nuclear.

Gracias, muchas gracias por haberlo hecho posible.

Mario Rodríguez
Mario Rodríguez
Director ejecutivo de Greenpeace España
@mario_rod_var