Magazine / septiembre 2012

Expedición al Ártico: la ciencia del deshielo

Nuestro barco "Arctic Sunrise" en el Ártico

Nuestro barco "Arctic Sunrise" en el Ártico

© Greenpeace /Daniel Beltrá

La campaña de Greenpeace se acerca a los dos millones de firmas recogidas para proteger el Ártico. Dos de nuestros barcos han estado allí para investigar los impactos que afectan al deshielo y a nuestro planeta.

Ayúdanos a salvar el Ártico ¡Firma para que el Ártico sea declarado santuario global!

El cambio climático propiciado por el calentamiento global que generan los combustibles fósiles como el petróleo es la causa del mínimo histórico de hielo el Ártico anunciado por partida doble a finales de este verano. En los últimos 30 años hemos perdido tres cuartas partes de la capa de hielo flotante. Las grandes petroleras; Shell, BP, Exxon y Gazprom, pretenden realizar prospecciones en esa zona para extraer crudo. Pero la presión de nuestras acciones y la incapacidad de Shell y Gazprom, que han encontrado más dificultades de las que esperaban, han hecho que anuncien el paro en su búsqueda de petróleo este año. Paradójicamente, ese ansiado crudo es el que calienta y derrite este salvaje territorio de nuestro planeta, donde habitan los osos polares, narvales, morsas y distintas especies de aves y microorganismos de vital importancia biológica. Pero además de las prospecciones hay otras amenazas, como la pesca industrial y los posibles conflictos bélicos para hacerse con sus recursos.

En los últimos 30 años hemos perdido tres cuartas partes de la capa de hielo flotante del Ártico.

Greenpeace ha estado en el Ártico con dos de sus barcos: el Esperanza, en Alaska, para estudiar los hábitats inexplorados del océano en los mares de Bering y Chukchi, amenazados por la extracción de petróleo en alta mar, así como las flotas industriales de pesca; y el Arctic Sunrise, en Rusia, con acciones contra Gazprom en las que ha participado el director ejecutivo de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo.

A bordo de los barcos viajan científicos, expertos marinos, activistas, campaigners de la organización y el fotógrafo español Daniel Beltrá, que ilustra algunas imágenes de este artículo y que ha recibido algunos de los premios internacionales más importantes, desde el Wildlife Photographer of The Year al World Press Photo.

Las acciones contra la explotación petrolífera

Los intentos de las compañías petroleras para explotar los recursos de la región para un beneficio a corto plazo han estado en el punto de mira de nuestras acciones.

Greenpeace, en esta expedición, ha realizado algunas de las acciones más arriesgadas y espectaculares de este verano. Hemos visto a Kumi Naidoo junto a otros seis activistas abordando la plataforma Prirazlomnaya de la compañía petrolera Gazprom frente a la costa norte-oriental de Rusia en el Mar de Pechora. O en las zodiacs siendo rociados con agua a presión de mangueras por los trabajadores del buque la Ajmátova Anna, también de Gazprom, mientras otro grupo de activistas se ataban a la cadena del ancla para impedir que el barco la levantase. Más acciones: en Alaska, en el buque de perforación Discoverer Noble de Shell, anclado cerca de Dutch Harbor en Unalaska, o sobrevolando una cometa con el mensaje “Save the Arctic. Stop Shell”. También hemos visto acciones globales en las estaciones de servicio de Shell de Alemania, Argentina, Suecia, Estados Unidos, Francia, México, Austria, Dinamarca, Finlandia o Reino Unido, con la intención de cerrar las gasolineras a través del interruptor de parada de emergencia, el que para la gasolina que va a las bombas, y quitando los fusibles para que no pudieran encenderse de nuevo.

La última fue la acción realizada por la tripulación del Arctic Sunrise, que dibujó un corazón con las banderas de los 193 países miembros de las Naciones Unidas sobre un témpano de hielo al norte del Círculo Polar Ártico y que simboliza una emotiva llamada a la acción global unida para proteger el Ártico. Todo ello con motivo del evento que Greenpeace Internacional organiza en Nueva York en la víspera de la Asamblea General de la ONU.

Un nuevo récord de hielo mínimo

Expedición al Ártico

El hielo marino del Ártico es agua del mar que se congela y se descongela en función de la temperatura a la que esté el Ártico a lo largo del año. Esta capa de hielo ártico alcanza su mayor extensión al final del invierno, en marzo, y su punto menor al final del verano, normalmente a mediados de septiembre. Este momento es el que se conoce como el mínimo de hielo marino ártico.

La expedición del Arctic Sunrise ha presenciado como el hielo del Ártico alcanza su nivel más bajo desde que comenzaron los registros en 1979. La combinación de una capa de hielo más fina y temperaturas más elevadas del aire y del océano implican una pérdida de hielo mayor cada año que pasa. Así lo afirma la tripulante Julienne Stroever, científica investigadora del National Snow and Ice Data Center (NSIDC), que está realizando mediciones del espesor del hielo y de la nieve, si hay piscinas de fusión en el hielo y si se congelan, así como probando el impacto de las olas al chocar contra el borde del hielo, utilizando boyas equipadas con acelerómetros. La falta de hielo crea ondas aún más fuertes que rompen más el hielo el año siguiente. Además la extensión del hielo es importante para reflejar los rayos del sol y mantener el ambiente fresco, pero al perder volumen de hielo, éste se vuelve muy delgado y se funde más fácilmente.

La cubierta del hielo ártico cumple un papel crucial en la regulación del clima a nivel planetario y a los científicos les preocupa porque esta pérdida puede crear un proceso de retroalimentación positiva que incremente el calentamiento global futuro. De forma sencilla: el manto blanco de hielo sobre el mar refleja la radiación solar al espacio, mientras que, en mar abierto, el color oscuro del mar absorbe la energía del Sol, causando un mayor calentamiento y derritiendo más el hielo. También hay que tener en cuenta como afecta todo esto a las corrientes oceánicas y, por supuesto, a los animales y personas que habitan en estas áreas.

“El Ártico podría quedarse sin hielo en el verano de 2030.”

Más datos, los que se obtienen del satélite CryoSat-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA), indican que el volumen del hielo del Ártico está desapareciendo más rápido que lo que preveían las predicciones basadas en modelos de simulación de escenarios. Hablamos de un 10% de reducción de su extensión por década. Estos descubrimientos sugieren que el Ártico podría encontrarse sin hielo, al menos durante un día en verano, a finales de esta década. Julienne va más allá: “El Ártico podría quedarse sin hielo en el verano de 2030”.

Lo más destacable es que todo ello se debe a la interacción del ser humano, como lo anuncia un documento que acaba de publicar la revista de agosto Geophysical Research Letters que estima que el 60% de la tasa de disminución de la extensión del hielo marino en verano se debe a las actividades humanas. Julienne lo confirma: “Conocemos que el calentamiento es causado por los seres humanos mediante la medición del carbono en la atmósfera y la localización de donde el carbono está viniendo; hay una gran diferencia entre el carbono natural en la atmósfera y el carbono de la quema de combustibles fósiles”.
Greenpeace continuará con esta campaña el tiempo que sea necesario. Tú también puedes unirte a la revolución del Ártico y venir con nosotros al Polo Norte, solo tienes que firmar en www.salvaelartico.es para pedir a los líderes mundiales que la zona alrededor del Polo Norte sea declarada santuario global.

La expedición de nuestros barcos en el Ártico 

 



La cumbre del clima será en Doha (Qatar), mirando a Kioto

Tras un verano plagado de impactos del cambio climático, la urgencia de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 ºC es más acuciante que nunca. Para ello, es indispensable reducir las emisiones drásticamente, para lo cual es necesaria la firma de un acuerdo global legalmente vinculante en 2015. El proceso de negociación ya ha empezado y un paso indispensable es el consenso, en la reunión climática de finales de este año, del segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, el único instrumento legalmente vinculante que hoy por hoy existe en la lucha internacional por el clima y cuya vigencia termina el 31 de diciembre.

Desde Greenpeace trabajamos con vistas a 2015, pero también para mejorar y mantener vivo el Protocolo de Kioto, porque entendemos que es la única forma de evitar que mientras se diseña el nuevo régimen climático internacional la lucha efectiva por reducir las emisiones quede en el limbo.



Colocarnos en la trayectoria de ser 100% renovables en 2050 no solo es la única forma de evitar los peores impactos del cambio climático sino que genera empleo, fomenta uno de los sectores tecnológicos en los que es puntero nuestro país, aumenta la independencia energética y nos asegura que a mitad de siglo dispondremos del único sistema energético que económicamente nos podremos permitir.

¿Quieres saber más? Visita www.revolucionenergetica.es

Aida Vila
Aida Vila
Responsable de la campaña de Cambio climático y Energía de Greenpeace España
@AidaVila