Incineración de residuos
Greenpeace se opone a todo tipo de incineración de residuos sólidos urbanos (RSU), incluso los que conllevan una recuperación energética.
La incineración NO es la solución.
Actualmente, el valor calorífico de los RSU se debe en gran medida a los plásticos, o en menor grado, al papel y a la madera, todos fácilmente recuperables y reciclables. Las incineradoras son ineficientes y se ha demostrado que, en general, no son eficaces para recuperar cantidades significativas de energía en comparación con una adecuada política de reciclaje de materiales.
El potencial de ahorro de energía del reciclaje de los RSU en España es muy superior al potencial de obtención de energía mediante incineración. Además, estas instalaciones emiten a la atmósfera sustancias químicas persistentes, tóxicas y bioacumulativas, como las dioxinas y los furanos.
Las incineradoras generan enormes cantidades de escorias y cenizas volantes (al menos el 22,5% en peso de los residuos quemados, según los datos más conservadores), estas últimas pueden contaminar el entorno y deberían ser tratadas como residuos peligrosos. Por tanto, la incineración de residuos urbanos no puede considerarse como una fuente renovable y limpia de energía.
Por otro lado, se ha demostrado que los modelos basados en la recuperación y reciclaje suponen la creación de entre 7 y 39 veces más empleos que con la incineración.