Bombas de racimo
El 1 de agosto de 2010 entró en vigor el Tratado contra las bombas de racimo, una nueva norma de derecho internacional que prohíbe la producción, venta, almacenamiento y uso de las bombas de racimo. Greenpeace y las organizaciones que formamos parte de la Coalición contra las Bombas de Racimo creemos que se trata de un momento histórico, y queremos felicitar a todos los gobiernos que han firmado y ratificado el tratado.
Los países que han ratificado incluyen estados que han liderado el proceso de Oslo –Noruega, Austria, la Santa Sede, Irlanda, México y Nueva Zelanda– estados donde las bombas de racimo han sido usadas –Albania, Croacia, Laos PDR, Sierra Leona y Zambia– países que almacenaban bombas –Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Japón, Moldavia, Montenegro y Eslovenia–, así como España, el primer país firmante que completó la destrucción de stocks.
El Proceso de Oslo comenzó hace a penas 2 años y en este escaso plazo de tiempo se ha logrado que en Tratado entre en vigor. Además, se trata de un buen texto que contiene la inmensa mayoría de las peticiones de la sociedad civil.
Esta tipo de armamento precisaba de una regulación nacional e internacional ya que son armas que actúan de forma indiscriminada, que no distinguen entre blancos civiles y militares y que, por sus altas tasas de error, siguen causando muertos y heridos mucho tiempo después de que un conflicto haya finalizado. Entre el 5% y el 30% de las submuniciones no llegan a explotar.
Las bombas de racimo han matado civiles en todos aquellos conflictos en los que se han utilizado. Se calcula que unas 100.000 personas pueden haber muerto como consecuencia del uso de este tipo de explosivo. De ellos, un 98% eran civiles, la mayoría niños.
- Mapa con los países que han firmado y ratificado.
- Texto del Tratado.
- Web (en inglés) de la Coalición contra las bombas de racimo
- Declaración de Wellington (inglés).
- Texto del proyecto de Convención sobre bombas de racimo
- Más información: Bombas de racimo