Página - noviembre 4, 2010
El uso de carbón para generar energía produce contaminantes físicos y químicos que ocasionan diversas agresiones medioambientales que afectan directa o indirectamente al organismo humano.
El dióxido de carbono (CO2)
Las emisiones de cada instalación dependen de su tamaño y eficiencia. Una central térmica ubicada en el lago Martins, en Texas emitió más de 21 millones de toneladas de CO2 en 2006 - más CO2 que Eslovenia, Estonia, Bolivia o Afganistán en 2004.
Los impactos sobre el medio ambiente y la salud humana del CO2 son varios, algunos de ellos muy conocidos y otros no tanto: aumento de la temperatura; empeoramiento de la calidad del aire, provocando una aumento de enfermedades respiratorias y alergias; aumento de de fenómenos meteorológicos extremos; aumento de enfermedades transmitidas por insectos o a través del agua, etc.
Otros gases
En las centrales térmicas emiten una cantidad significativa de otros gases como el dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx), principales actores de la lluvia ácida y del ozono troposférico (smog).
El smog se forma cuando los NOx reaccionan con algunos componentes volátiles y generan ozono ocasionando una serie de problemas: irritación del sistema respiratorio, reducción de la función pulmonar, aumento de las alergias respiratorias y del asma, empeoramiento de enfermedades respiratorias crónicas, etc.
La lluvia ácida se produce cuando el SO2 y NOX interactúan con el agua, oxígeno y otras sustancias químicas que están en el aire para formar ácido sulfúrico y ácido nítrico. Las personas respiramos aire, bebemos agua y comemos productos que están contaminados e impregnados de lluvia ácida. Los problemas más importantes que produce son los respiratorios: asma, bronquitis, tos, irritación, etc. pero también produce conjuntivitis y cefaleas. La lluvia ácida disuelve metales tóxicos que están en el suelo, pasando a los vegetales, árboles, agua y animales y, a través de la cadena humana a los humanos.
Otras sustancias químicas peligrosas
A pesar de estar presentes en pequeñas cantidades, son unos tóxicos muy peligrosos para el medio ambiente y para la salud humana, llegando alguno de ellos a ser considerados como agentes cancerígenos. Estos son: Arsénico, Cadmio, Cromo, Cobalto, Plomo, Manganeso, Mercurio, Níquel, Fósforo, Benceno, Naftaleno, Tolueno, etc.
Activistas de Greenpeace escalando la chimenea de una térmica de carbón para pedir más energías renovables y menos CO2.
Se calcula que hay cada año, 38.000 ataques al corazón, 12.000 ingresos hospitalarios y 550.000 ataques de asma como consecuencia de la contaminación de las centrales térmicas.
En la India, un estudio de 2001 encontró que los habitantes de 14 de las 20 ciudades más grandes de la India respiraban aire considerado “peligroso” por el propio gobierno.