Llueve y llueve y el Diálogo Directo de Greenpeace sale a la calle a hacer socios. Cuando la lluvia moja nos refugiamos bajo tierra, en las estaciones de tren. Bajo plaza Catalunya en Barcelona, por ejemplo. Con la que esta cayendo a veces nos sentimos más kamikazes soñadores que nunca...
Pero entonces aparece. La magia... esa que acompaña a Greenpeace en este sueño. Aliada no solo de las acciones más hermosas. Como aquel intenso viaje, proyector al hombro, con el que recorrimos todas las Centrales Nucleares españolas sin ser descubiertos. O la hazaña con la que asombramos al mundo, 16 activistas; enfermeras, maestros, bomberos que son capaces de demostrar lo peligrosa que es una central nuclear...
Magia o rebeldes competentes, frente a un Goliat tan peligroso como descerebrado.
Hay magia, hay magia en nuestras palabras, en nuestro objetivo, hay mucha magia en nuestro oficio de Front Liners (“buscadores de socios” la primera línea, la vanguardia del batallón). Con nuestros bolis y nuestras revistas, esas son nuestras armas. Creatividad, pacifismo y acción en busca de una firma más.
A veces esta magia se personifica, el otro día en la estación de Plaza Catalunya apareció con bigote blanco y boina negra. No fue un momento tan llamativo como los anteriores, pero fue igual de triunfal. Vino la magia de muy lejos a saludar. Concretamente de 1984.
Andaba Joan Guimera, primer socio de Greenpeace en Catalunya, por la estación de trenes, cuando vio el chaleco verde de la organización con las letras en blanco y una tipografía inconfundible. Paz Verde leyó en inglés y una sonrisa debió cruzarle el rostro. Apresurado cruzó la estación de tren para acercarse a saludar a la familia.
-Hola!, soy Joan Guimera, primer socio de Catalunya, tercero de España.
Los ojos como platos, se suceden los besos, los abrazos. Entre los compañeros nos llamamos. Todos abrazamos a Joan. Fotos. Él nos cuenta, nos explica, nos mira directamente a los ojos de cada uno y sin saberlo, con la que esta cayendo, nos inyecta fuerza.
Tanta que en ese momento Amanda, una chica que todavía no era socia, también firma. Se une a la troupe/familia de Greenpeace. Un grupo/familia que comparte un sentimiento, el de la lucha y un objetivo nada abstracto, la utopía.
Joan se despide: -Envíame la foto por e-mail - anota
La foto es enviada al instante, como Joan, como todos en Greenpeace sabemos. No hay tiempo. Él no esperó y fue el primero en asociarse. Por eso cuando en la calle nos dicen, “No puedo, no tengo tiempo”. Nosotros pensamos...precisamente por eso, porque no tenemos tiempo...¡te necesitamos!
Ana Izarzugaza-Junquera, promotora de Diálogo Directo de Barcelona