Para Wangari Maathai, los árboles eran símbolos de paz y de esperanza. Y ahora ella se ha convertido en esos mismos símbolos. En el Año Internacional de los Bosques, nos deja una mujer que ha luchado por la democracia, los derechos humanos y la conservación del medio ambiente a través de los árboles.
Ella ya no está, pero nos regala un legado de iniciativas, conocimiento y solidaridad con el planeta y con los derechos de las personas, muy especialmente con los derechos de las mujeres. Nacida en Kenia en 1940, fue la primera mujer en África Central y Oriental en obtener un título de doctorado y la primera en recibir el premio Nobel de la Paz en 2004.
Wangari introdujo la filosofía de una comunidad ligada a los árboles, desarrollando la idea de una organización de base, cuyo principal objetivo fuera la reducción de la pobreza y la conservación del medio ambiente a través de la plantación de árboles. Esta organización conocida como el Movimiento del Cinturón Verde, liderada por mujeres, ha llevado a cabo la plantación de más de 40 millones de árboles. Países como Tanzania, Uganda, Malawi, Etiopía y Zimbabwe han imitado con éxito este movimiento social y ambiental.
Su lucha no fue fácil, fue golpeada en repetidas ocasiones, incluso llegó a estar encarcelada, acosada y públicamente vilipendiada por el régimen de Moi en Kenia en los últimos años, y sin embargo llegó a la política como diputada del Parlamento y años más tarde como asesora del ministerio de medio ambiente. Pero no sólo trabajó en Kenia, también en otros países africanos como Etiopía o Congo. "En el mundo hay una nueva fuerza colectiva que moviliza a las personas por la paz. Es necesario que se vincule ese movimiento con la protección el medio ambiente y que esta visión colectiva no sólo sea para nuestro país sino también para toda África".
Activista incansable en buscar formas de llevar su mensaje, creó junto a otras seis mujeres premiadas, la Iniciativa de Mujeres Nobel en 2006. Un curriculum imparable para promocionar la protección de los bosques. Wangari y su Movimiento de Cinturón Verde es uno de los mejores ejemplos de cómo las comunidades locales pueden integrar mitigación y adaptación para luchar contra el cambio climático. Ella lo sabía: la revolución energética es posible y tiene que ser, además, verde.
Una mujer ejemplar que ha servido y sirve como inspiración para muchas de las personas que creemos en un mundo mejor.
Mónica Parrilla (@MonicaParrill), campaña de Bosques de Greenpeace
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