Hoy, 15 de julio, se cumple un año del comienzo del terrible incendio forestal de Vilaflor que calcinó 5200 hectáreas de los municipios de Vilaflor, Adeje y Guía de Isora y provocó la evacuación de más de 2000 personas. Mañana será el aniversario del gran incendio forestal que afectó el término municipal de El Paso, en la Isla de La Palma, con 900 hectáreas afectadas y 160 personas evacuadas debido a la proximidad del fuego a sus viviendas. De hecho, una decena de estas viviendas resultó afectada por el fuego, incluyendo una casa que resultó totalmente calcinada.
Desde la organización ecologista Ben Magec-Ecologistas en Acción se ha recordado recientemente que, cada vez más, unos pocos incendios son los responsables de la mayoría de la superficie quemada anualmente en las Islas Canarias. Estos grandes incendios forestales, denominados GIFs en la terminología forestal, son los que afectan a una superficie mayor de 500 hectáreas y se producen, comúnmente, en situaciones meteorológicas extremas: olas de calor con fuertes vientos. Así, en los últimos diez años sólo seis incendios (el 0,45% de los incendios) quemaron el 90,69% de la superficie forestal afectada. Dicho de otro modo, en estos seis incendios se quemaron 44.760,36 hectáreas de las casi 50.000 que ardieron durante este periodo.
Ben Magec recuerda que los GIF han aumentado su frecuencia en Canarias en la última década. Los años 2007 y 2012 han supuesto un antes y un después en este problema. Por un lado, en el 2007 se batió el récord histórico de superficie afectada anual, con 35.758,62 Ha. (Tenerife y Gran Canaria). Por otro lado, en 2012, aunque fue menor la superficie afectada (12.135,88 Ha.), se produjo un salto cualitativo respecto a años anteriores debido a que, primero, se produjeron cuatro GIF de forma simultánea en tres islas diferentes (dos en La Palma, uno en Tenerife y uno en La Gomera); y segundo, porque se vieron afectados ecosistemas de altísimo valor natural y alta sensibilidad al fuego, como es la laurisilva.
Al respecto de los GIF, Greenpeace España publicó en 2009 un informe titulado “El Planeta en Llamas”, donde exponíamos que el cambio climático se está combinando con el abandono rural y la falta de gestión de las masas forestales, así como una mayor relación entre el campo y la ciudad (urbanizaciones, actividades en la naturaleza, infraestructuras eléctricas, etc) y la persistencia de las causas (negligencias, accidentes, rayos, intencionalidad ) para aumentar el número y la virulencia de los incendios forestales en España.
Por este motivo, Greenpeace considera que urge adaptar los ecosistemas a esta nueva realidad y tenerla en cuenta en la planificación forestal y la política de extinción. Hacen falta más planes de ordenación de los montes que incluyan la gestión del exceso de biomasa y la continuidad del combustible.
Coincidimos con nuestros amigos de Ben Magec que los GIF son actualmente el centro del problema, por las graves consecuencias que tienen, por su peligrosidad, por su dificultad de control, porque sus causas y condiciones son difíciles de desactivar, y porque suponen una amenaza y un gran reto para toda la sociedad.
Quienes no son todavía muy conscientes del problema son la sociedad, en general, y las administraciones públicas en particular. Empezando por los propietarios de las viviendas y urbanizaciones en entornos forestales, siguiendo por las entidades locales y llegando hasta los altos responsables del Gobierno Canario, urge acometer una política forestal que contemple la función del fuego en los ecosistemas, utilizando la ganadería extensiva y las quemas prescritas para la reducción del combustible, que prepare a la ciudadanía a convivir con el incendio forestal pero implicándole en la miminización de su impacto. Hay que empezar a pensar en diseñar paisajes forestales y periurbanos capaces de convivir con el incendio forestal sin ser impactados de manera traumática, en definitiva, ecosistemas forestales más resilientes al cambio global que estamos viviendo.
Es mucho trabajo, pero tenemos que empezar ya.
Miguel Ángel Soto (@NanquiSoto), responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace