El Arctic Sunrise de Greenpeace ha estado realizando una actividad de vigilancia pesquera en el archipiélago de Svalbard. En la franja de mar que se extiende desde estas islas conocidas como “las Galápagos del norte” hasta el polo Norte. Y hemos visto cómo siguen amenazadas a pesar del acuerdo de la industria pesquera.
Imagen de los fondos marinos protegidos y destrozados por la pesca de arrastre
Una importante parte de la industria pesquera se comprometía, tras las presiones de Greenpeace hace dos meses, a no faenar una de las pocas aguas de este planeta que permanecen sin actividad industrial. Pero lamentablemente, nada impide a otras empresas enviar barcos arrastreros de enorme potencia acceder y destruir estos caladeros. En una zona del mar de Barents, donde nunca antes se había faenado ya que el hielo ha proporcionado protección natural durante miles de años. Hoy, debido al alarmante deshielo, las flotas acceden a nuevas zonas, por tanto, el impacto inicial es altísimo. Gracias a nuestros socios y socias que nos proveen de fondos pudimos realizar una investigación en profundidad, con análisis y seguimiento de los buques pesqueros para demostrar que la pesca es cada vez mayor en esta parte del Ártico noruego.
La capa de hielo en el mar de Barents se ha reducido a la mitad de lo que era en 2008. Estos cambios significan más pescado que accede desde el sur (bacalao, abadejo, eglefino, gallineta y otros como cangrejos). Y esto es una oportunidad para la flota industrial, por ejemplo en los últimos 15 años el porcentaje de capturas de bacalao de Noruega que viene de Svalbard se quintuplicó entre 2 y 10%.
Amamos el Ártico, protejamos sus aguas
Greenpeace ha estado desde finales de junio investigando en estas aguas la actividad de los barcos arrastreros. Arrastreros como los de este video, capaces de arrastrar dos redes a la vez
Porque hasta la fecha, este acuerdo no lleva parejo un sistema de blindaje y vigilancia por parte del gobierno de Noruega.
Para detener esta destrucción en el Ártico, el gobierno de Noruega debe decidir protegerlo legalmente. Aunque comercializadoras, marcas de comida y empresas de pesca (algunas de las grandes empresas que se han unido al acuerdo sonTesco, Birds Eye, Young’s Seafood, Findus, McDonald’s, Russian Karat Group y el procesador de pescado congelado más grande de Europa, Espersen) se han comprometido a salvaguardar esta zona del Ártico, el Gobierno de Noruega no ha hecho nada. E incluso ha bloqueado repetidamente los intentos de creación bajo el paraguas del Convenio OSPAR, de la primera área marina protegida más allá de sus aguas jurisdicción, en las aguas internacionales del Ártico.
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