El Ártico es hoy el océano más desprotegido del planeta. Pero desde la semana pasada tenemos la ilusión de que pronto puede dejar de ser así.
El Convenio OSPAR, encargado de la protección del medio ambiente marino del Atlántico Nordeste se comprometía a adoptar medidas específicas para proteger su región Ártica. Entre ellas, una muy relevante, avanzar en la creación de un Área Marina Protegida en 2016. Un acuerdo sin precedentes en la protección del Ártico y que significa que en solo unos meses puede conseguirse la protección de una primera pieza de Santuario en el Alto Ártico.
En 2016 el Ártico podrá, por fin, tener su OSPAR, un espacio protegido con una superficie equivalente a la mitad de España. Un espacio dónde no entren petroleras, dónde no entren grandes barcos de pesca industrial y donde la prioridad sea la protección de sus, hasta ahora, amenazados ecosistemas y especies. Un área marina protegida donde los osos polares puedan vivir en armonía con el medio natural sin el temor de que Shell encuentre un pozo petrolífero y destruya su hábitat.
Hoy es un día para la celebración ya que OSPAR, ese desconocido Convenio, quiere cumplir con los compromisos que emanan de Naciones Unidas. OSPAR trabajará este año con el objetivo de hacer efectiva la protección de casi un 10% de las aguas internacionales del Ártico.
Sin embargo, el recorrido no será fácil ni libre de obstáculos. En el camino se van a encontrar con las fuertes presiones de quienes buscan con avaricia el destruir este paraíso blanco. De hecho, Islandia, Noruega y Dinamarca han hecho todo lo posible por eliminar de la agenda política de la Comisión de OSPAR la protección del Ártico.
Pero gracias a ti hemos sido más fuertes. Gracias a tí, nos hemos disfrazado de osos polares, nos hemos colado en sus reuniones y hablado con sus delegados. Gracias a ti, durante los últimos meses hemos desplegado pancartas en Alemania, Inglaterra, Bélgica y seguido las reuniones de expertos. Gracias a ti no estuvimos solos para hacerlo.
Hemos sido 7 millones de personas los que hemos reclamado a OSPAR un cambio, miles los que hemos pedido a sus delegados que se convirtieran en los héroes y heroínas capaces de cambiar el rumbo del planeta.
Este camino de la ilusión para ver el Ártico protegido, que ya hemos comenzado a recorrer, no será fácil. Esperamos contar contigo hasta que esa ilusión sea una realidad. Porque el Ártico es patrimonio de todos los que habitamos este planeta, porque lo necesitamos y porque lo que ocurra allí, nos afecta a todos. Gracias. ¡Y seguimos!
¿Qué puedes hacer tú?
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