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Once activistas escalaron ayer las dos chimeneas de la central térmica de carbón en Vado Ligure (Italia) |
Más de 100 activistas bloquearon ayer cuatro centrales térmicas de carbón en Italia para pedir al G8 que fuera valiente y que, por fin, hiciera algo serio por el clima y por la economía sostenible.
Al parecer, de momento, no ha sido suficiente ese bloqueo y apagar dos de ellas para que escuchen la voz de los ciudadanos que estamos preocupados por nuestro futuro. Pero os puedo asegurar que las historias humanas en torno a estas centrales son muy dignas de contar.
Seré muy breve. Yo estoy en una de ellas, en Vado Ligure, y los vecinos nos han adoptado como si, tras 40 años de tremenda actividad de esta central, situada a escasos cinco metros de las casas, no se hubieran resignado (por suerte) a que la amplíen y quemen aún más carbón.
En las torres de las chimeneas hay 11 activistas pintando "G8: act on climate" a 250 metros de altura. Han pasado ahí toda la noche. Como los vecinos no pueden llegar a ellos, nos cuidan a nosotros como si fuéramos sus hijos y comparten sus historias relacionadas con la central.
Por ejemplo: anoche se acercó una entrañable abuelita, tan menuda que parecía casi invisible, que, de repente, empezó a hablar en un inglés perfecto con nuestra compañera de Filipinas. Esta gran mujer es polaca y lleva muchos años en Italia. Quería hablar con los activistas polacos colgados de la chimenea. Les llamamos y habló con ellos. No entendí nada de la conversación pero puedo asegurar que nunca había sentido una conexión tan fuerte entre las personas frente al cambio climático.
El día de hoy nos reserva maravillosas experiencias. Amanece sobre las olas del mar Mediterráneo que enfría los calores de esta fábrica de cambio climático.
Sara Pizzinato
Área de Cambio climático y Energía de Greenpeace España