Como la aldea de Asterix en la Galia, Usurbil resiste la presión que la Diputación de Guipuzcoa ejerce en favor de construir una planta incineradora en la zona. Y no solo resiste sino que esta demostrando que otro modelo de gestión de residuos sólidos urbanos es posible. Este municipio de 6.000 habitantes ha implantado un sistema de recogida mas sostenible de sus basuras, pasando de separar apenas un 13% a superar el 86% en pocas semanas.
Con estos rangos de separación parece imposible justificar una incineradora, pero nada mas lejos de la realidad. La Diputación continua su presión a los municipios de la mancomunidad de San Marcos al que pertenecen Ursubil y el mismo San Sebastián. Y esta poniendo todas las trabas burocráticas y económicas a su alcance para tapar estas buenas practicas y lograr asi construir un horno donde quemar recursos naturales, contaminar aire, suelo y aguas y emitir ingentes cantidades de gases de efecto invernadero.
Pero como en el caso de la aldea gala, Usurbil no se desanima y este fin de semana plantea una consulta popular para que sus vecinos decidan si quieren proseguir con esas buenas prácticas o rendirse a los romanos en este caso a la Diputación y al emperador, Carlos Ormazabal diputado foral de medio ambiente.
Nuevas medidas de la mano del equipo de gobierno de Usurbil están sobre la mesa. Como la posibilidad de realizar en casa autocompostaje con la materia orgánica. Esta supone el 40% de nuestra bolsa de basura. En contrapartida las 500 familias del pueblo que se han adherido a este sistema se ahorraran el 40% de la tasa de basuras que pagan. ¿Quién ha dicho que separar y reciclar no es rentable? Iniciativas como estas deberían exportarse a otro lugares con el fin de minimizar el problema ambiental que suponen los residuos y alcanzar así el objetivo de "residuo cero".
Desde Usurbil, Guipúzcoa, Julio Barea, responsable de la campaña de contaminación de Greenpeace.