Ayer participé en el Foro de Voces Campesinas Frente a los Transgénicos que se celebró en el Club de Periodistas de México DF. Este Foro estaba convocado por diversas organizaciones sociales, y tenía como objetivo escuchar distintas experiencias internacionales sobre la lucha contra los transgénicos y, en especial, sobre los casos de contaminación de cultivos convencionales o ecológicos con organismos modificados geneticamente. La verdad es que fue un éxito de público, y extremadamente interesante en cuanto a su contenido. Es un auténtico lujo comprobar la preocupación que en este país despierta la preservación del maíz, un cereal tan ligado a su cultura.
En el Foro participaron: Percy Schmeiser, emblemático productor canadiense demandado por Monsanto, y cuya lucha merece una entrada específica de este blog; Josefina Santiago, campesina de la Organización de Agricultores Biológicos de Oaxaca, quienes han sufrido la contaminación de su producción de maíz; Aleira Lara, de Greenpeace México, quién narró su experiencia en la denuncia de contaminaciones; Catherine Marielle del grupo Gea, describió la realidad legal en México en este momento, y yo mismo, que hablé de la experiencia española.
Los foros con muchos ponentes suelen hacerse largos y pesados. La verdad es que no fue el caso. Aunque es imposible resumir en unas líneas todo lo que se habló, creo que merece la pena recorrer algunos de los aspectos más importantes.
En los últimos años, organizaciones sociales y campesinas se han topado con diversos casos de contaminación. El ejemplo de Oaxaca expuesto por Josefina, o los casos de Chiuahua, asi lo atestiguan. Las evidencias de otros países, como Canadá y España de que la coexistencia es imposible, llevan a la conclusión de que la situación es muy grave.
Basicamente la percepción de las organizaciones es de que hay una estrategia concertada por parte de la industria para convertir en papel mojado la actual prohibición del cultivo de transgénicos en México. La estrategia consistiría en ir introduciéndolos y aprovechar el poco interés de las autoridades en hacer un seguimiento, controlar y evitar la introducción de transgénicos, hasta llegar auna situación de hechos consumados en que la contaminación estuviera muy extendida. En ese contexto se podrían tumbar la prohibición usando como justificación que ya no serviría.
Afortunadamente también quedó en evidencia que hay una fuerte oposición social y campesina a esta estrategia, y que el interés por mantener a México libre de transgénicos es muy grande en amplios sectores sociales. Se trata de una lucha importante y que merece la pena apoyar.
Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace España