Es indudable la valía del Ártico. No sólo el coste social para quienes moran en el continente helado como los Inuit. También para el funcionamiento global del planeta y como reserva biológica con especies únicas en el mundo. Pero lo que sería devastador para la supervivencia del planeta, el deshielo total debido al cambio climático, para otros, es una lucha por un trozo del pastel.
Recordemos que el pasado verano, científicos de EE.UU observaron que la superficie de Groenlandia afectada por el deshielo superficial pasó de un 40% a más de un 90%, extensión récord en tan solo cuatro días. El pasado 16 de septiembre se alcanzó un nuevo mínimo histórico desde que se registran datos por satélite (1979).
El pastel que quiere, entre otros, Shell
Para Shell, que lidera la fiebre por la explotación del Ártico, el deshielo es una oportunidad para llegar más lejos y más profundo en su búsqueda de la explotación de las bolsas de petróleo y gas.
Aunque mientras diseñaban su estrategias geopolíticas y desarrollaban sus plataformas y prototipos de explotación del Ártico, Shell no ha contado con elemento fundamental. El poder que tenemos todos y todas por impedir que, independientemente de los kilómetros de distancia que nos separan del Ártico, se coman el pastel.
Una de las herramientas que os proponemos hoy es votar a través de los Public Eye Awards (la voz de las ONGs que se contrapone al encuentro anual del Foro Económico Mundial) para que Shell gane el premio a la peor compañía en el respeto por el medio ambiente.
Vota ya!
Pilar Marcos (@PilarMarcos), responsable de la campaña de Ártico Greenpeace España
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