Ayer en nuestra oficina de Amsterdam, recibimos un fax urgente de Shell. Una de las compañías petroleras más poderosas del mundo, y contra la cual todas las oficinas de Greenpeace llevan a cabo actividades en el marco de la campaña #salvaelartico. La nota, procedente de los abogados de Shell, era un mensaje desafiante. Están muy preocupados por las acciones que Greenpeace ha realizado alrededor del mundo durante toda la pasada semana. Según la compañía habíamos puesto en riesgo la actividad de sus estaciones de venta de combustible y al público en general. La carta concluye con una advertencia acerca de comenzar "actos" contra Greenpeace, en cualquier momento.
No sé como lo veis vosotros, pero parece una ironía increíble ser acusados por Shell de poner en riesgo a las personas. Teniendo en cuenta que la pasada semana, el buque de perforación que la compañía ha llevado al Ártico, perdió el control y terminó encallando en una playa de Alaska. Buen comienzo, que demuestra que Shell es una empresa que no pone en riesgo a las personas y al medio ambiente.
Shell es la compañía responsable del mayor derrame de petróleo en la historia reciente del Reino Unido en el mar del Norte, y se enfrenta actualmente a una multa de 5.000 millones de dólares por verter más de 40.000 barriles de crudo en aguas nigerianas el pasado mes de diciembre.
¿Entonces cuáles son realmente los motivos que esconden las amenazas de los abogados de Shell? Quizás sea que Greenpeace está exponiendo de forma demasiado incómoda la verdad de la incompetencia de Shell para perforar en el Ártico. Quizás sea el millón de firmas recogidas en menos de un mes contra esas actividades y la repercusión que a nivel global está teniendo. O quizás, sólo quizás, que esta carta sea la última acción desesperada de una compañía con pocas expectativas de futuro, que se ha dado cuenta que hay cada vez más gente en contra de que sigan con el negocio de saquear los recursos del planeta.
En un hecho histórico, la noche del 20 de julio, la campaña consiguió, en menos de un mes, un millón de personas que se han sumado a la campaña #salvaelartico www.salvaelartico.es. El resultado vino mucho más rápido que lo habíamos esperado, signo de que un número creciente de personas se moviliza contra la destrucción de nuestro planeta.
Queremos y debemos ser más para frenar a las empresas petroleras como Shell, que están empecinadas en perforar el fondo marino en el Polo Norte. Por ello nos hemos puesto una nueva meta: ¡llegar a dos millones de firmas para fin de año! Todas las firmas serán llevadas al Ártico en una expedición programada a principios del año que viene y depositadas en una cápsula de seguridad a 4 kilómetros de profundidad.
¡Únete y ayuda a defender el Ártico!
Claudia Kirschning y Julio Barea (@JulioBarea) campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace España
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