El Gobierno del Partido Popular parece decidido a que España retroceda varios años con respecto a los países más avanzados en materia energética.
En plenas Navidades, a las pocas semanas de ostentar de nuevo el poder, el Gobierno se despachó con la noticia de que quería alargar la vida de la hermana gemela de la central nuclear de Fukushima en España, la obsoleta central de Santa Mª de Garoña, cuyo cierre definitivo está establecido para julio de 2013 por una Orden ministerial de 2009 cuya plena legalidad fue validada mediante sentencia de la Audiencia Nacional de julio de 2011.
El Partido Popular parece no haberse enterado todavía de que Alemania, gobernada por su correligionaria política, la CDU de Angela Merkel, no sólo abandonó su inicial plan de alargar la vida de sus 17 centrales nucleares, sino que ha aprobado un plan para clausurarlas todas en 2020, empezando con el cierre inmediato y definitivo de ocho de ellas en 2011. Al tiempo, Alemania ha decidido apostar por la eficiencia energética y las energías renovables para satisfacer su demanda de electricidad y convertirse así en el líder mundial en tecnologías de energía limpia. Meses después, el gigante alemán Siemens anunciaba el abandono total de su negocio nuclear, para concentrarse en las redes inteligentes y las energías limpias.
El Gobierno suizo ha sido inteligente y al ver la decisión de Alemania ha decidido seguir su ejemplo. Como explicó el embajador suizo en España en una recepción que tuvo lugar el pasado verano, Suiza, tras la decisión estratégica de Alemania, no podía permitirse el lujo de quedarse atrás en materia de eficiencia y renovables. Poco después Bélgica decidía adelantar 10 años el cierre de sus nucleares e Italia decía abrumadoramente no a la nuclear en referéndum, lo que ha relanzado allí el sector de las renovables.
Pero parece que para el Partido Popular Africa empieza en los Pirineos. Sólo así se entiende que este partido ignore estas decisiones de nuestros vecinos y que, siendo España uno de los primeros países en el desarrollo e implantación de renovables, ahora se permita el lujo de poner freno, de golpe y porrazo, a unas energías ambientalmente limpias y seguras, que permiten reducir sustancialmente nuestras emisiones de CO2, que generan gran cantidad de empleo y que permiten reducir nuestra dependencia energética, entre otras bondades.
Así, hoy, el grupo parlamentario del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, a pesar de no lograr el apoyo de ningún otro grupo, ha conseguido convalidar el Real Decreto Ley 1/2012, aprobado por el Consejo de Ministros el pasado viernes 27 de enero, que implanta una moratoria indefinida al desarrollo de las energías renovables en España.
Mientras el Congreso votaba que sí a la moratoria, el rechazo social se volcaba en Twitter, donde uno de los temas más seguidos era #RenovablesOFF.
Como el cangrejo, vamos para atrás, gracias a estas decisiones del Gobierno. En pocas semanas el Partido Popular ha acabado con la posición de liderazgo mundial de España en renovables y nos ha colocado en la senda de los ya afortunadamente pocos países que aún apuestan, incluso después de Fukushima, de forma fanática por la energía nuclear.
Carlos Bravo (@CapitanFoton), responsable de la campaña Anti-nuclear de Greenpeace
(Ilustración de Adoración Pérez)
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