Tuiteractúa/ Pide a Cañete que apoye la pesca sostenible

Después de un día intenso y agotador en Dénia nos llevamos muy buen sabor de boca. Por los deliciosos pinchos de pesca sostenible, por la emocionante flotilla de recibimiento por parte de los pescadores y por la acogida de la ciudad, que ha desbordado todas nuestras expectativas de visitas.

Pero es lo que tiene visitar un puerto pequeño. La pesca es parte de la cultura, saborean el pescado a diario, y por eso conocen el valor de la pesca sostenible y su importancia para el mar y para seguir manteniendo ese olor marinero en el puerto.

Y hoy, una vez más, nos lo han dicho ellos, los protagonistas, los pescadores, a nosotros y a los políticos que se han reunido con ellos. Venidos no sólo desde Dénia, también de las localidades cercanas de Moraira y Calpe.

“El mar es como un veneno, una vez que se te mete dentro ya no sale” nos dice Toni. Él, como muchos otros, viene de familia de pescadores. Sus abuelos y padres les dieron a conocer la vida en el mar a corta edad, y aunque les aconsejaban que se dedicasen a otra cosa, ya lo tenían claro. “Me decían que estudiara, que esta vida es muy dura y que se pasan muchas penalidades que no están recompensadas” nos cuenta Jesús. “Estudié y me saqué el bachiller y C.O.U pero me gustaban el mar”. Toni recuerda cómo estudiaba por las noches para sacarse todos los títulos necesarios para ser patrón de barco.

Después de media vida dedicada al mar Jesús no tiene claro su futuro “Al ritmo que llevamos no sé si podré jubilarme en este oficio, y eso sería muy duro para mí. Yo no quiero que mis hijos sean pescadores, que pasen las dificultades que he pasado yo, pero sí que estoy muy y digo muy orgulloso de ser pescador; he visto delfines jugar con la estela de mi barco, rorcuales salir a respirar al lado tuyo, salidas y puestas de sol dignas de la mejor película romántica, sentir el viento en la cara, la lluvia en el pelo, el corazón en un puño pensado que si ese temporal no te da un respiro puede que no vuelvas a ver a tus hijos, y muchas cosas más que os podría contar….”

Tras años de mala gestión y de políticas pesqueras que han favorecido a la pesca industrial y destructiva los océanos ya han dicho ¡basta! y aquí están pagando justos por pecadores. El sector de la pesca ha perdido en los últimos 20 años el 60% del empleo. Toni hace ocho años que decidió cambiar de oficio, “los costes son muy elevados, y las capturas no son regulares ni industriales. Es un medio de vida sacrificado, muchas horas de mar, que económicamente no se ve premiado. Y por desgracia vivimos en un mundo en que el dinero manda”. Ahora es guarda de la Reserva Marina del Cabo de San Antonio, una profesión que le permite seguir vinculado a la mar y a la pesca sostenible gracias a los beneficios que aportan las Reservas Marinas.

Jesús sigue saliendo día a día a faenar pero ve el futuro muy negro “la gente corriente no ve el rastro de destrucción que dejan algunos barcos, no ve lo que hay debajo del agua, ni lo que ocurre con nuestros fondos marinos, por desgracia del mar solo se ve su azul inmenso”.

Pero es ese azul inmenso el que les hace seguir día a día saliendo al mar, y el que nos hace a Greenpeace seguir luchando por unos océanos con vida y por un futuro para quienes dependen de ellos.

Y ahora es el momento, se está decidiendo en Bruselas el futuro de la pesca europea para los próximos 10 años, pero nuestro ministro Arias Cañete sigue haciendo oídos sordos a las demandas de Greenpeace, de Toni y de Jesús y de tantos otros pescadores artesanales. Se está escuchando tan solo al sector industrial y destructivo responsable del estado actual de los recursos pesqueros.