Hoy hace un año que terminó el plazo, de un mes, ofrecido por el Ministerio de Industria para que los municipios españoles que lo desearan se postularan como candidatos a albergar el cementerio nuclear centralizado para los residuos radiactivos de alta actividad, de las centrales nucleares españolas y su centro de experimentación nuclear asociado.
De los 8.114 municipios que actualmente existen en España (según el INE, a 1-1-2010), tan solo 14 se llegaron a presentar, si bien 3 de ellos (Santiuste de San Juan Bautista y Campo de San Pedro, en Segovia, y Torrubia de Soria) se lo pensaron mejor y poco después retiraron su candidatura. Otros 3 fueron eliminados por no haber cumplido las mínimas normas para solicitarlo.
Finalmente son sólo 8 los candidatos para el “concurso del cementerio nuclear” (el 0,09% del total de municipios españoles). Obviamente no hubo “bofetadas”, como auguraba el ministro Miguel Sebastián, para disputárselo. Tan sólo 8 pueblos, a pesar de la intensa campaña de propaganda del Ministerio de Industria y de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA), basada en tentar a los alcaldes con grandes sumas de dinero público y falsas promesas de desarrollo y prosperidad al municipio que albergase el cementerio nuclear.
La forma de maniobrar de los equipos de Gobierno de esos Ayuntamientos fue casi siempre la misma: totalmente secretista, a espaldas de sus vecinos, aprobando por sorpresa y en el último momento (en Plenos convocados el día anterior o incluso el mismo día de que terminara el plazo) sus candidaturas al cementerio nuclear, sin un verdadero debate previo y sin dar información a sus conciudadanos. Sólo en Yebra (Guadalajara) y en Ascó (Tarragona), ambos en zonas con centrales nucleares (Zorita y Ascó, respectivamente), y con miembros de sus Corporaciones trabajando en ellas (el alcalde de Ascó, por ejemplo), se sospechaba desde hacía tiempo sus intenciones de presentarse.
En Albalá (Cáceres) la decisión se tomó el mismo 29 de enero, tras un pleno extraordinario, de urgencia, y se tuvo que hacer casi con un “golpe de estado”. La moción fue apoyada por cuatro de los cinco concejales del grupo independiente que gobierna el municipio, y el voto en contra del alcalde, Jesús Pascual, también independiente, y de los dos concejales del PP que completan la Corporación. El Sr. Pascual, que es médico, argumentó su voto en contra en que anteponía la salud de la población sobre los beneficios económicos que el cementerio nuclear pudiera reportar al municipio. En una muestra de dignidad, dimitió de su cargo.
Esas decisiones se tomaron de forma irresponsable, sin saber realmente qué es lo que solicitaban. Eso es indiscutible, pues a lo largo de 2010 ha quedado demostrado que los Proyectos Técnicos y los Estudios de Seguridad específicos del almacén nuclear y de su centro de experimentación nuclear asociado no existen, como tuvo que reconocer el Ministerio de industria ante la Audiencia Nacional en el recurso contencioso-administrativo interpuesto por Greenpeace contra el proceso del cementerio nuclear.
Es decir, estos 8 alcaldes y los concejales que les apoyaron tomaron la decisión de postularse como candidatos al cementerio nuclear sin tener conocimiento pleno de la materia, como les exige la Ley.
¿Hicieron esto por simple ignorancia, impulsados por motivos altruistas?, o ¿lo hicieron por pura ambición, animados por la lluvia de dinero con la que les tentaba el Ministerio de Industria y ENRESA?
Llama poderosamente la atención que el Ayuntamiento de Congosto de Valdavia (Palencia) presentara su candidatura cuando sus Normas Urbanísticas, aprobadas en 2005 prohíben en el apartado primero de su artículo 100, “La instalación de almacenes de residuos tóxicos o peligrosos o depósitos de residuos radiactivos o nucleares”.
El alcalde de Zarra (Valencia) está siendo juzgado por delitos urbanísticos (fue expulsado de su partido por ese motivo), y actualmente está en situación de libertad provisional.
Los dos Ayuntamientos de Valladolid que aspiran a albergar el almacén nuclear, Santervás de Campos y Melgar de Arriba, ofrecen terrenos de sus concejales para albergar el cementerio nuclear y su centro nuclear experimental asociado.
Greenpeace reitera la peligrosidad del cementerio nuclear centralizado y su centro de experimentación nuclear asociado, y la necesidad de poner en marcha un plan urgente de cierre progresivo de las nucleares con el fin de reducir la producción de los residuos radiactivos y generar un amplio consenso social territorial y político en torno a esta cuestión.
Carlos Bravo, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace
- Más información sobre Nuclear en la web de Greenpeace