“Tenemos que empezar a ganar”, dijo Trump el jueves, “Tenemos que empezar a ganar guerras de nuevo”. Lo que él proponía era ganar incrementando el gasto militar de Estados Unidos en un 9%, añadiendo la asombrosa cifra de 54.000 millones de dólares al presupuesto del Pentágono (que actualmente es aproximadamente de 600.000 millones al año). Declaraciones anteriores también sugieren que se utilizarán fondos adicionales para comprar más buques y aviones de guerra, aumentando el número de tropas terrestres estadounidenses y modernizando el arsenal nuclear.
Protesta nuclear, 2 Nov, 1990. © Jenny Hager / Greenpeace
Al final de la pasada semana, el Sr. Trump también dijo que Estados Unidos se había quedado atrás en capacidad nuclear y que quería asegurar que el arsenal nuclear de los Estados Unidos volvía a situarse “a la cabeza de la manada”.
Casi no hay ganadores en la guerra, sólo perdedores. Y tienen un coste enorme: financiero, pero más crucial, en vidas humanas, sociedades y economías rotas, entornos destruidos. Los únicos ganadores son aquellos que están en el negocio de la guerra: la fabricación, el comercio y la subvención de armas. No será ninguna sorpresa que esas industrias hayan aumentado el valor de sus acciones después de la elección de Trump.
Sugerir que el aumentando el gasto militar aumentaría la seguridad de los Estados Unidos o la haría ganar de nuevo, es totalmente absurdo. Estados Unidos ya es el responsable único del 40% del gasto militar mundial.
Estados Unidos gasta en defensa más del triple que China, que es el segundo país que más gasta del mundo. De hecho, gasta más en defensa que los siete primeros países juntos. También gasta más dinero en su arsenal nuclear que todos los demás países juntos.
El aumento en el presupuesto militar de los EEUU se hará a expensas de cortes drásticos en la Agencia de la Protección del Medio Ambiente (EPA). Se prevé que el presupuesto de la EPA se reduzca en un 24% , con un recorte de 2.000 millones de dólares respecto al presupuesto actual (dejando un presupuesto de 6.100 millones de dólares, el más bajo desde 1991).
Osos polarescerca de un zona de efensa de la alerta temprana de los EEUU, Alaska. 2 Oct, 2011. © Rose Sjölander / 70°
La lucha contra el cambio climático, que es la verdadera mayor amenaza para la seguridad a la que se enfrenta el mundo, sufrirá un enorme revés. El gobierno de Trump está haciendo la vida menos segura para los estadounidenses eliminando las leyes que protegen el aire y el agua del país y, al mismo tiempo, ignora la mayor amenaza a la seguridad del planeta: el cambio climático.
¿Es consciente Trump de la amenaza para la seguridad nacional que supone el cambio climático?
En lugar de gastar más, tenemos que destinar el dinero de los nuevos aviones de guerra, tanques y bombas a políticas en el terreno que creen oportunidades para que las vidas de las personas sean mejores y más seguras. Salud, educación, asistencia médica y energía limpia para todos pueden ofrecer seguridad real.
Jen Maman es responsable de la campaña de Paz en Greenpeace Internacional