Navego en Greenpeace porque no puedo dar la espalda a todos los problemas a los que nos estamos enfrentado. Como marino he navegado en muchos barcos pero nunca antes le había encontrado tanto sentido a mi profesión.
Mi trabajo como segundo consiste fundamentalmente en pilotar el barco en mi guardia, trimar las velas, trazar las rutas entre los puertos donde navegamos y cuidar de todo el equipamiento náutico necesario en caso de una emergencia a bordo.
Este mítico barco propulsado por el viento tiene un especial significado en la campaña "Salvemos el clima: abandonemos el carbón" (QUIT COAL). El Rainbow Warrior nos enseña que tambíen otras energías son posibles. Siempre es mejor navegar sin los motores, pues tenemos velas!
La Campaña empezó muy intensamente en Israel. Es en estas acciones cuando das todo lo mejor pese a las dificultades. Es sorprendente como la tripulación, cada uno de diferente nacionalidad, tiene un mismo objetivo en común y da lo mejor de si, sin importar el día o la noche, el frío o el calor. Todo el mundo puede aportar su gran pequeño grano de arena para solucionar todo este desastre. Está en nuestras manos.
All the best.
A bordo del Rainbow Warrior, Fernando Romo, segundo oficial.