Llevo dos días enrolado en mi adorado Rainbow Warrior, esa "Old Lady" como le suelen llamar cariñosamente y en la que navegué como marinero voluntario durante cuatro meses en el año 2006.
Esta vez me he subido en A Coruña y, después de los efusivos saludos a viejos conocidos y nuevas gentes con las que me encuentro abordo, me acostumbro de nuevo a los vaivenes del barco a causa de la mar un poco picada que hemos tenido estos días.
Para gente con poca experiencia marinera los primeros días embarcados pueden ser una verdadera pesadilla. Hasta que el cuerpo se habitúa el mareo es tu compañero más fiel y marearse en la mar no es nada agradable...¡lo puedo asegurar por experiencias vistas aquí! Pero en otros casos no es tan traumático y el cuerpo se habitúa rápidamente sin problemas ni grandes malestares... esto es lo que me pasa a mi... ¡por suerte!
El caso es que estamos en O Grove, en la Ría de Arousa, para intentar llamar la atención sobre los efectos del cambio climático sobre cultivo de mejillón en las bateas de esta inmensa y preciosa ría. Cada vez son mas frecuentes las mareas rojas y eso tiene una asociación directa con los cambios en los vientos predominantes en la zona, provocados por el cambio climático: las alteraciones en el régimen de vientos que soplan sobre la plataforma continental disminuyen el ritmo de crecimiento del mejillón y favorecen la proliferación de microalgas tóxicas que obligan al cierre de las bateas y retardan la recogida y comercialización del mejillón en Galicia. Hay miles de familias aquí que viven de ello y por eso queremos llamar la atención sobre este problema.
Son las 6:30 de la mañana y Lesley, la enfermera de abordo, una neozelandesa de 62 años con una energía, humor y entusiasmo a prueba de todo, me despierta. Bueno, para ser sincero, estaba despierto desde las seis... es cierto que llevo siete años colaborando con Greenpeace como activista pero debe de ser eso que dicen los actores, de que por muchas funciones que lleves siempre sientes ese gusanillo a la hora de subirte al escenario.
Me voy al messroom (comedor del Rainbow Warrior) y allí empieza a llegar todo el mundo involucrado en la acción de hoy para desayunar ligeramente, sin sobrecargar el estomago (no es bueno antes de una acción). El barco bulle de actividad, la acción se puede oler en el ambiente y, al poco rato, la mayoría de la gente esta en cubierta. Yo bucearé con Julio, otro buceador gallego, y nos harán una filmación y fotos submarinas en una batea de mejillón exhibiendo pancartas en gallego, castellano e ingles con la leyenda: "cerrado por cambio climático", en alusión a los paros a los que esta gente que vive del mar se ve obligada debido a las mareas rojas.
Nuestra zodiac, llamada "Hurricane" se pone en marcha, Medhi, un tunecino anchote, barbudo y con un sentido del humor muy peculiar, va a ser el piloto que nos lleve a nuestro destino, Aviram, un marinero indio, le ayuda en su pilotaje, Nacho y Conrado también vienen con nosotros, además de dos periodistas que llevan un par de días embarcados con nosotros para tomar imágenes de la acción. A ellos se unen Marte y Ana, fotógrafa, que llegan el la poderosa "Avon", otra embarcación que ha sido botada media hora mas tarde pilotada por Fernando, el segundo oficial de abordo, con Rita, una marinera libanesa, asistiéndole en su pilotaje.
Recogemos a un cámara subacuático en el puerto de o Grove y vamos a nuestro objetivo, en breves momentos estamos en al agua, rodeados de largas cuerdas llenas de mejillones que cuelgan de la batea. Hace tiempo que no buceo y al principio no me siento cómodo con un equipo de buceo que no es el mio, pero no tardo nada en cogerle el tranquillo y sentirme ya como pez en el agua... ¡y en verme rodeado de algunos de ellos!
El equipo de apoyo de superficie nos va pasando las pancartas y vamos subiendo y bajando a por ellas mientras el cámara nos indica las mejores posiciones para las fotos y la filmación para que las imágenes sean lo más claras posibles.
Después de una hora de subidas, bajadas y posiciones diversas el trabajo esta hecho, misión cumplida! Volvemos al Rainbow y tengo que decir que a pesar del tiempo pasado desde la última vez que navegué lo sigo viendo como mi hogar... ¡qué guapo se ve con este soleado día en el horizonte!
Allí Julio y yo nos cambiamos y despedimos alegres y emocionados de la tripulación que continúa su periplo rumbo sur, donde otros y quizás yo mismo -dependiendo de mis circunstancias personales- seguiremos luchando por un mundo mejor, por nuestra Madre Tierra, nuestra Pachamama, a la que tantas heridas le esta causando nuestra raza humana. Tenemos auténtica convicción y fe en que estas acciones sirvan para sensibilizar a la opinión publica y dar un toque de atención a la clase política para que se tomen medidas al respecto y se frene el cambio climático antes de que sea demasiado tarde. Sólo así podremos disfrutar de este maravilloso planeta durante muchas generaciones mas.
Volvemos a tierra con muy buenas y positivas sensaciones sobre todo lo vivido y con unos mariscadores que han estado con nosotros y que luego de una visita por el Rainbow Warrior nos llevan a puerto contentos de que estemos allí para llamar la atención sobre este problema.
Paz y amor,
Pablo-Korman, voluntario marinero en el Rainbow Warrior