A la vista de la foto de El Rosario (Tenerife) que nos enviaba un “fotodenunciante”, me preguntaba si existe algún freno al cemento en nuestro litoral. Las máquinas lo pueden todo, muerden, cortan y arañan la costa para que quepan más y más pisos.
Cuando estudiaba la carrera (Ciencias Ambientales) me enseñaron que había administraciones -un Ministerio, las Consejerías y Concejalías, apellidados todos ellos “de medio ambiente”- que velaban por la protección de la naturaleza. Estos organismos, me decían, articulan leyes -como la de Costas- o herramientas de control -como la Evaluación de Impacto Ambiental- para evitar que algunas empresas destruyan lo que es de todos en su beneficio.
Viendo esta foto, el estado de la costa tenerifeña, y el del resto de la costa española, parece que esta teoría que se enseña a los universitarios, tiene más agujeros que un colador.
¿Cómo se explica entonces, que vayan a construir un nuevo puerto industrial en Granadilla? Precisamente en la costa sudeste de Tenerife, que aún cuenta con excelentes playas y fondos marinos... y cuando hasta la propia Comisión Europea reconoce que el puerto provocará graves daños ambientales y cuando además, los grupos ecologistas hemos presentado hasta ocho alternativas diferentes para evitar su construcción.
Bueno, no debe haber más alternativas -piensa una- porque para eso está la Comisión Europea, el Ministerio de Medio Ambiente, el Gobierno de Canarias y la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial... y en eso consisten las Evaluaciones de Impacto Ambiental (o eso fue lo que me enseñaron), en evaluar los impactos de varias alternativas posibles y optar por la mejor, o rechazarlas todas cuando los impactos ambientales son muy graves. Pues resulta que el puerto de Santa Cruz de Tenerife presenta distintas alternativas para su ampliación, rechazadas todas por la Comisión.
Algo que nunca podría haber imaginado cuando estudiaba la carrera, era que un espacio declarado como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), como parte de la red Natura 2000 que señala los espacios más importantes del continente, pudiera ser destruido con tanta impunidad, pero esto es lo que ocurre en el LIC Teno-Rasca (también en la costa suroeste de Tenerife). Ni la supuesta protección europea por sus fondos únicos, ni contar con una población residente de varias especies de cetáceos, han impedido de momento que en Fuensalía, en la playa de San Juan (Guía de Isora), un enclave privilegiado, se proyecte un gran puerto comercial de transporte de pasajeros. El puerto incluirá cuatro atraques de trasbordo para ferries, un atraque más para cruceros y una zona deportiva para 463 embarcaciones de recreo. A pesar de las dimensiones del proyecto y de llevarse a cabo en un paraje excelentemente conservado y protegido, el Gobierno de Canarias valora que únicamente supondrá “una baja incidencia ambiental”.
Tendré que revisar todos mis apuntes.
Carmen Solla, campaña de Costas de Greenpeace.
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