Estos días los habitantes de Mahan, en la India, están de celebración porque el Tribunal Supremo ha denegado la explotación de 214 concesiones de extracción de carbón, incluyendo los proyectos de la empresa Essar y el de Hindalco que querían llevar a cabo en esta región.
Por otra parte, el Tribunal Nacional Verde de la India ha inhabilitado la actividad de deforestación que estas empresas pretendían realizar en los bosques de Mahan.
Los habitantes de Mahan y Greenpeace llevan tres años de una larga batalla contra las minas de carbón a cielo abierto, lo que implicaría la destrucción de medio millón de árboles, robar los medios de vida de más de 50.000 personas de 54 aldeas y destruir el hábitat.
Es una victoria para el medio ambiente y el pueblo de la India frente a la corrupción y la avaricia de la industria y es un perfecto ejemplo de la creciente oposición de las comunidades a los proyectos mineros que destruyen sus bosques.
El fallo del Tribunal Supremo puede significar el fin del carbón barato en la India, que tiene graves consecuencias para el clima y la salud por la excesiva dependencia del carbón que tiene el nuevo gobierno como motor del crecimiento económico.
Es una llamada de atención importante para el gobierno de Modi que llegó al gobierno con promesas de anti-corrupción y crecimiento económico. En este proceso se han destapado los sucios secretos del negocio del carbón y debe suponer el fin de la complicidad entre el gobierno y el sector de la industria.
Este fallo del tribunal supremo, podría significar una muy buena noticia para el clima, pues la quema del carbón de estos 214 proyectos supondrían unas 14Gt de CO2 a la atmósfera y el fin del carbón barato en la India.
Una buena noticia que el Gobierno debe aprovechar como una oportunidad para atraer a los inversores en energía solar y eólica que han abaratado mucho sus costes y ¡ya están listos para competir con el carbón!
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