El pasado 31 de Octubre, el director financiero de Shell Simon Henry dijo que la compañía está "poniendo los cimientos en el lugar" para perforar en el Ártico de Alaska a principios del próximo año.

Como ha dicho Ben Ayliffe, responsable de la campaña de petróleo en el ártico de Greenpeace Internacional, la valentía de Shell en el Ártico es un desesperado intento de tranquilizar a sus inversores, pero los hechos cuentan una historia diferente: La pérdida de cientos de millones de dólares y el hacer uso de embarcaciones que están en la lista para el desguace no son precisamente las acciones de una empresa que tenga sus operaciones bajo control.  En la misma llamada, Shell anunció que las ganancias trimestrales no cumplieron las expectativas de los analistas.

En 2012 Shell ya demostró que era completamente incapaz de perforar en el remoto Ártico, un lugar de belleza incomparable donde cualquier derrame sería un desastre ambiental. En abril firmó un acuerdo conjunto con la gigantesca empresa estatal rusa de Gazprom, una de las compañías petroleras más contaminantes del mundo con un récord grave en negligencias.

"Shell se ha quedado sin opciones y está dispuesta a apostar su reputación con proyectos y alianzas que otras compañías petroleras han deshechado por ser demasiado arriesgadas”.  

"Mientras que “los 30 del ártico” languidecen en una cárcel rusa acusados ​​de vandalismo tras una protesta pacífica que tuvo lugar el mes pasado en una plataforma de perforación de Gazprom en el Ártico, los altos cargos de Shell permanecen cómodamente sentados en una oficina de Amsterdam mientras planifican la siguiente fase en la exploración temeraria de petróleo en el Ártico.

Greenpeace sostiene, junto con los casi 4 millones de personas que ya han firmado por proteger el ártico, que se opondrán a Shell o a cualquier otra empresa que decida perforar en las aguas del océano Ártico en busca de petróleo.     

Tatiana Nuño, técnico de Cambio Climático y Energía
Twitter: @t_nunho