Durante 12 días en mayo la ciudadanía y grupos de todas las edades tomaron las calles, plazas públicas, puertos, ferrocarriles, plantas de petróleo y de carbón, con un mensaje urgente para dejar el petróleo, el carbón y el gas en el subsuelo. En 6 continentes, hubo más de 30.000 participantes, que en muchos casos se expusieron a ser arrestados en nombre de la justicia climática.
Para organizar la oleada global “Break Free”, se montó una plataforma online que ayudó a dar visibilidad internacional a cada acción y a tejer una red entre los activistas participantes. Los participantes de estas acciones, algunos primerizos, se inscribían por Internet.
Se sumaron organizaciones locales, nacionales y globales, y Greenpeace formó parte de esta coalición en la coordinación global de la plataforma virtual, y a través de sus oficinas en Filipinas, Indonesia, Canadá, Estados Unidos, África, Nueva Zelanda y España.
La idea de hacer acciones masivas de desobediencia civil bajo la bandera de Break Free surgió después de la cumbre de París. El movimiento ambientalista de la sociedad civil presente, empezó a discutir cómo lograr reacciones por parte de los gobiernos para hacer cumplir las medidas de cambio climático más urgentes. Y cómo hacerlo a una escala global, masiva y disruptiva, en vista de la parsimonia de los gobiernos y la estrategia de negación de las petroleras.
Hubo marchas sorprendentes en Filipinas, con más de 10 mil personas de todo el país. Y en Indonesia, un carnaval de pitos con más de tres mil personas llegó al palacio presidencial exigiendo un cambio hacia las energías renovables y un freno al plan de expansión de las plantas de carbón en el país. Y a los pocos días, 12 activistas de Greenpeace escalaron el punto de embarque de la planta de carbón de Cirebon, bloqueando las operaciones durante 12 horas.
En Alemania, Reino Unido, Australia, Canadá y Estados Unidos, hubo acciones pacíficas masivas que interrumpieron las operaciones de puertos, minas, trenes, y plantas de carbón por el día. La diversidad de las acciones da cuenta del alcance de la protesta, y de la solidez de las alianzas de grupos diversos, capaces de trabajar unidos por una causa. Fueron 20 acciones directas bajo el llamado #BreakFree2016.
La oleada se inició el 3 de mayo, pero desde entonces, más grupos se han sumado con acciones espontáneas exigiendo soluciones y justicia climática. Y justamente se trata de eso. De involucrarnos ahora en un asunto en el que no hay tiempo para seguir esperando y que las generaciones futuras no nos perdonarán no haber sido parte del cambio.
En abril, 120 países del mundo firmaron el acuerdo global para combatir el cambio climático, un marco general de la ONU que fácilmente se puede quedar sin dientes si nos sentamos a esperar a que los gobiernos actúen. Ójala que con cada puesta del sol, una nueva acción floreciera.
Laura Rico
Coordinadora Internacional, desde Greenpeace Andino