Hace 6 días que llegamos y cuantas cosas para contar. Es más, podría empezar con la víspera a la llegada a Copenhague, cuando el 12 de diciembre miles de personas de todos los rincones del planeta nos unimos en una vigilia para pedir un acuerdo real en la Cumbre de Cambio Climático. A nosotros nos pillaba en plena navegación pero no queríamos dejar de aportar nuestro granito de arena así que luego de cenar nos dimos cita en el Puente de mando. Teníamos velas que nuestros compañeros de Oslo nos habían regalado con las cuales podíamos adornar todo el Rainbow, aunque el viento tenía otras ideas…
Hicimos todo lo posible para que los dedos de quienes estábamos en cubierta no se congelaran mientras las encendíamos y aunque la tarea de mantener la llama se tornaba imposible, el calor continuó dentro del puente de mando donde nos refugiamos. Allí vivimos un especial momento de unión cuando Maite pronunció unas palabras en preámbulo a los 10 minutos de silencio que queríamos dedicar a la “acción”. En ellas se expresaba el deseo de todos nosotros de unir nuestras voces por un mundo mejor, el único que tenemos: “ la Madre Tierra” donde todos estamos “embarcados”, donde todos somos uno y el único camino para conseguirlo es la Paz. Fue tan grande la sensación de bienestar que nos inundó a todos estando unidos de las manos y en silencio que, sin darnos cuenta, doblamos el tiempo estipulado para la vigilia.
La llegada a Copenhague siguió con esta buena energía que llenaba cada rincón del Warrior. Queríamos transmitir y arropar con este calor a nuestros compañeros que hacía días que estaban trabajando, enfrentando, resolviendo todas las dificultades, ánimos y desánimos que se palpan día a día en esta Cumbre. No por nada “Flexibilidad” es la palabra que más nos repetimos unos a otros en estos días.
El amarre que nos otorgaron quedaba lejos del foco de donde todo parece estar aconteciendo. Sin embargo ni bien empezamos a poner las líneas de amarre nos dimos cuenta que era el lugar donde teníamos que estar…. De la nada, en lo que parecía un descampado algo abandonado, decenas de voluntarios que venían del Campamento de Paz aparecían con sonrisas amplias llenas de emoción a darnos la bienvenida, a ser parte, a darnos un abrazo, a poner juntos las amarras, a contarnos nuestras últimas noticias. Espontáneamente Maite empezó a hacer una visita con todos ellos por el Barco y a la vez nosotros hicimos lo mismo visitando el Campamento que está ubicado en el Almacén local. Por la tarde a bordo de las zodiacs visitamos a nuestros compañeros del Sunrise, fue un día de ponernos en órbita con todo lo que estaba aconteciendo aquí. Nos encontramos con la comitiva española Juantxo y Aida… ¡Qué alegría, que lindos abrazos! Que puesta al día de toda la información que rodeaba la cumbre!
El Rainbow Warrior estaba ya en Copenhague y aunque los exagerados medios policiales que nos rodean nos hacen dar cuenta que cualquier actividad será complicada de realizar, estamos aquí, con el mejor mensaje que el Rainbow lleva a todas partes del mundo “ Esperanza, Paz y Movilización”.
A bordo del Rainbow Warrior, Ana Carla y Maite, marineras de Greenpeace.