Hace unos días, tras la celebración del último Consejo Asesor de Medio Ambiente, reinaba la indignación entre los grupos ecologistas ante los raquíticos presupuestos asignados al medio ambiente en comparación con las gigantescas partidas presupuestarias dedicadas a agricultura y pesca. El inmovilismo, falta de convicción y de peso político en materia medioambiental de la Ministra Elena Espinosa nos hacía presagiar un final de legislatura muy decepcionante en materia de protección del medio ambiente.
En estas estábamos cuando el miércoles 20 de octubre se hace público el recambio en el “ministerio de los medios”. Salía Elena Espinosa y entraba Rosa Aguilar. De repente había partido que jugar en este año y medio de legislatura que queda. Y en ello vamos a poner todo nuestro empeño y convicción para que la agenda ambiental tenga el reconocimiento y el peso que se merece en el Consejo de Ministros.
A la Ministra Rosa Aguilar la deseamos suerte en su desafío pero he de reconocer que somos escépticos sobre las posibilidades reales de que la política ambiental de este Gobierno cambie de la noche a la mañana. Por ello es preciso, en estos momentos iniciales, una política de gestos para determinar si hablamos de cosmética verde o de un cambio real en el rumbo de la política medioambiental del Gobierno.
Las señales a los que aludía anteriormente deben ser de calibre grueso, similares a las dadas por el Presidente Zapatero con la retirada de las tropas españolas de Irak en el año 2004. La marginalización de los asuntos ambientales en estos años de legislatura ha sido de tal envergadura que requiere gestos que estén a la altura de las circunstancias y aunque en la agenda que llevara Greenpeace a la primera reunión con la nueva Ministra será más amplia, sería deseable que entre sus primeras medidas se incluyese como prioridades las demolición del hotel del El Algarrobico, ubicado en el Parque Natural del Cabo de Gata, que se posicione clara y públicamente a favor de que España apueste en el seno de la UE por una reducción unilateral del 30% de las emisiones de CO2 para el año 2020.
He de reconocer que nos hubiera gustado que el Ministro de Industria, Miguel Sebastián hubiera estado en el paquete de salidas, no ha sido así, por lo que creemos que la nueva Ministra debería pronunciarse públicamente en contra del proceso de elección del Cementerio Nuclear Centralizado, ante la falta de un plan de cierre de las centrales nucleares (compromiso electoral de Zapatero, de consenso social y de transparencia).
¡Suerte Ministra! Estamos deseando que nos convenza de que lo ocurrido estos últimos dos años y medio ha sido un mal sueño y que en lo que queda de legislatura las cosas van a ser diferentes. La ciudadanía y Naturaleza se lo agradecerán enormemente.
Mario Rodríguez, Director Ejecutivo y de Campañas de Greenpeace España