Esta es una de las grandes preguntas de la campaña de pesca sostenible. Desde hace siete años venimos apoyando a la pesca más selectiva, que se preocupa por el mar y que es el motor de muchas comunidades costeras. Les apoyamos para que tengan más voz en los foros políticos, para que quienes distribuyen el pescado pongan en valor este producto. Pero… ¿sabemos si quienes compran luego el pescado, los consumidores, están interesados en un producto más sostenible?
A falta de un estudio oficial, no podíamos quedarnos con esta duda más tiempo y hemos encargado un estudio independiente de hábitos del consumidor de productos pesqueros en España. Las encuestas se realizaron a una muestra representativa de la población española y en ningún momento se indicaba que el estudio había sido encargado por Greenpeace.
Hemos obtenido muchos datos sobre cómo consumimos el pescado, qué especies, pero si nos centramos en la sostenibilidad, destacamos tres preguntas:
¿Estarían los consumidores dispuestos a cambiar su consumo de pescado para hacerlo más sostenible?
- El 72% ha respondido que sí, que estaría dispuesto a reducir su consumo de pescado o modificar sus hábitos de consumo (elegir especies menos explotadas, pescadas con métodos de bajo impacto, buscar la temporalidad..).
Para ayudar a unos océanos con más vida, la realidad es que es necesario reducir el consumo de productos de pesca. Y cuando se consuma, hay que buscar la opción más sostenible. De esta forma, estarás apoyando a quienes pescan con menos impacto en el medio marino y mantienen el tejido socioeconómico de muchas comunidades costeras.
Y sobre el precio ¿pagaríamos más por una compra más sostenible?
- El 61% ha respondido que estaría dispuesto a pagar más por consumir un producto de pesca sostenible (el 51% del total de los encuestados de un 5 a un 10% adicional y el 10% pagaría hasta un 20% adicional o incluso más).
Lo cierto es que con el sistema actual de gestión y venta de la pesca, en muchas ocasiones el producto más sostenible es más caro, aunque irónicamente no venga de zonas lejanas. Sin embargo, es un producto fresco de mayor calidad y con un valor añadido social y ambiental. Si además buscamos un producto de temporada, la diferencia de precio será menor.
¿Miramos la información de la etiqueta? ¿Nos importa lo que pone?
- La información sobre sostenibilidad en la etiqueta nos importa, ya que los encuestados le dieron una media de 8 sobre 10 a la importancia que le dan a la información acerca de la sostenibilidad del producto (que haya sido pescado con métodos de bajo impacto, que no sean especies excesivamente explotadas y que procedan del caladero nacional).
En diciembre de 2014 entró en vigor una nueva normativa de etiquetado en la UE que obliga a que aparezca en los productos frescos y congelados información sobre cómo ha sido pescado (el tipo de método de pesca), y dónde se ha pescado. Esta información es básica para poder hacer una compra más sostenible. Por ejemplo, para elegir un pescado, que aunque sea de temporada y cercanía, no provenga de artes destructivas como el arrastre. O para no confundir el puerto de desembarco con la zona de pesca y así, que no pensemos que estamos comprando un producto del caladero nacional sólo porque se ha desembarcado en un puerto cercano aunque haya sido pescado lejos.
Estos datos nos dan esperanza y fuerza para seguir en nuestra campaña para lograr unos mares sanos y llenos de vida y un futuro para las comunidades que dependen de estos recursos para sus ingresos (y en algunas zonas del planeta incluso como fuente de proteína).
¿Qué puedes hacer tú?
Probablemente tú no seas uno de los encuestado/as, pero puedes dejar constancia de tu apoyo a la pesca sostenible con tu compra y firmando la petición. ¡Súmate a la ola de la pesca sostenible!